La víspera, Rusia y Ucrania firmaron nuevos contratos, por diez años, de suministros de gas a Ucrania y de tránsito a Europa del carburante ruso por el territorio de Ucrania.
La firma de dichos documentos era considerada por Moscú y Kiev condición indispensable para el restablecimiento de los suministros a Euro a través de Ucrania.
Según la gasística estatal ucraniana Naftogaz, los consumidores europeos comenzaran a recibir el combustible ruso en el curso de 36 horas.
El conflicto entre Rusia y Ucrania estalló el pasado 1 de enero cuando Gazprom cortó totalmente los suministros al vecino país tras no llegar a un acuerdo de tarifas pare este año con Naftogaz.
El 7 de enero, después de acusar reiteradamente a Ucrania de robar el gas ruso destinado a los consumidores europeos, Moscú ordenó el corte total de los suministros a Europa a través del vecino país.
El Kremlin apeló a la Unión Europea, que se negó a actuar como intermediaria y que amenazó incluso con revisar sus relaciones con Rusia y Ucrania si los dos países no resolvían con urgencia sus diferencias comerciales, que dejaron a gran parte de Europa sin gas natural.

