Esto supone un incremento del 11,6% respecto al mismo periodo del año anterior. Del total de pagos a los que el organismo tuvo que hacer frente por parte de aquellas empresas que están en quiebra o concurso de acreedores, la mayor parte, 147,2 millones de euros, correspondieron al pago de prestaciones por insolvencia, con un crecimiento del 19% respecto a 2010. Mientras, los 32,7 millones de euros restantes correspondieron al pago de prestaciones por regulación, con un repunte del 12,4%.