El indicador que fijan los principales bancos europeos ha vuelto con cautela a larga racha de descensos que rompió el pasado 5 de agosto y que mantenía de forma ininterrumpida desde hacía 40 días, pulverizando mínimos históricos casi todos los días.

El Euríbor parece haber encontrado una franja en la que estabilizarse, y estrecha poco a poco el diferencial con el precio oficial del dinero, aunque cada vez cuenta con menor margen de acercamiento.

Es previsible que el indicador se mantenga en estos niveles en los próximos meses, ya que el Banco Central Europeo (BCE) no prevé modificar los tipos de interés (1%) a corto plazo, como tampoco lo hará la Reserva Federal estadounidense (Fed).

En julio, el Euríbor terminó en el 1,412% y marcó su noveno mes consecutivo de descensos, y si el indicador no registra grandes oscilaciones podría registrar su décimo mes de bajadas en agosto, ya que la tasa mensual se encuentra ahora en el 1,34% con los valores diarios disponibles.