El 24 de octubre de 1929 comenzó la mayor quiebra conocida hasta el momento en el mercado de valores de Nueva York. Tras la apertura de las bolsas estadounidenses, las cotizaciones cayeron un 11%, una cifra que siguió aumentando en los días posteriores hasta alcanzar un descenso de casi el 50%. El ‘Jueves Negro’, ‘Lunes Negro’ y ‘Martes Negro’ fueron los días clave para este derrumbamiento del sistema económico estadounidense y, por consiguiente, europeo.

Si bien es cierto, no hay una clara motivación para este declive. Hay quienes lo achacan a la manipulación de la oferta monetaria por parte de la reserva federal, otros afirman que vino dado por la propia dinámica del mercado tras las grandes subidas de los años anteriores al Crack... En lo que sí están todos de acuerdo es que no hay una única motivación, sino muchos pequeños factores que llevaron a Wall Street a perder gran parte de todo lo conseguido hasta el momento.

“En Estados Unidos, el periodo posterior a la Primera Guerra Mundial fueron los “felices años 20” y Estados Unidos salió intacta después del conflicto porque no tuvo una fuerte presencia y, además, tras la Primera Guerra Mundial EEUU fue el productor y proveedor del mundo, lo que provocó un gran crecimiento y una época de mucha felicidad y prosperidad económica y de ahí que se produjeran los felices años 20”, explica José Lizán, Gestor de retro magnum sicav de Quadriga AM.

“También influye que en esos años 20 estábamos en medio de la revolución industrial. Fueron años de progreso y crecimiento y se llega a 1929 con un mercado americano de acciones muy sobrevalorado, con un rally espectacular. Además, la gente pensaba que nunca iba a haber caídas, todo el mundo tenía participaciones en bolsa. A lo que se suma el hecho de que se llegó con muchísimo apalancamiento, muchísimos de los inversores jugaban a crédito en la bolsa y esto hizo que, cuando se produjo el crack, se aceleraran las caídas y se intensificara el movimiento bajista en los mercados”, añade.

Entre 1929 y 1932 Wall Street perdió tres cuartas partes de su valor. Asimismo, el Dow Jones no recuperaría los niveles de 1929 hasta mediados de los años 50. Mientras, el PIB de Estados Unidos caía un 43%. Una fórmula perfecta que hizo caer a más de una economía alrededor del mundo.

Así fueron y así son los 'felices años 20'

Llegados a este punto y si avanzamos hasta el presente, debemos tener cuenta que venimos de la crisis de 2020 provocada por la pandemia del Covid-19, de la cual no nos hemos terminado de recuperar cuando nos hemos encontrado de nuevo con otra gran crisis, la provocada por la guerra entre Rusia y Ucrania desde prácticamente comienzos de año. Por todo lo que ambos momentos han ido acarreando a la economía, el paralelismo entre el periodo actual y el de la Gran Depresión de Estados Unidos es evidente.

“A la gente siempre le gusta hacer similitudes con otras crisis y nunca pasa lo mismo. Puede haber pautas comunes o comportamientos similares, pero comparar la economía de 1920-1930 en Estados Unidos con la economía mundial de 2020 y la situación en Europa y Estados Unidos no tiene nada que ver”.

Por su parte, Rafael Ojeda, Global macro analyst de Fortage Funds, señala tres similitudes: “Que amabas crisis son sistemáticas; que en ambas se ha aplicado fuertemente el keynesianismo (gasto presupuestario del estado en medio de la crisis); que los activos financieros y las variables económicas e indicadores de desigualdad están tan complicados ahora como los años 20. Nos encontramos con que esta crisis lo que ha hecho ha sido magnificar las desigualdades que hay entre ricos y pobres, las variables económicas han caído en picado y los activos financieros han perdido muchísimo valor; en cuarto lugar, que había un problema de productividad. Cada persona aportaba muy poco al PIB pese al dinero que había en circulación en la economía, es decir, había un problema de marginalidad en el sentido de que había un problema serio de productividad y esto se ha dado en ambas crisis; y, por último, la gran liquidez que había en el mercado. El dinero no llega a la gente, se queda en los bancos”.

Sin embargo, la crisis actual tiene grandes diferencias con la crisis vivida en 1929. La primera y más evidente es que la actual crisis tiene su origen en Europa, quedando Estados Unidos lo suficientemente al margen como para no salir muy mal parada, al igual que China, que incluso podría llegar a salir reforzada en su unión con Rusia. Europa, al contrario, lo tendrá más complicado y será la región más damnificada por los efectos de esta crisis económica derivada de la guerra según auguran los expertos.

Asimismo, en cuanto a estas diferencias que podemos encontrar entre ambas situaciones, Rafael Ojeda destaca tres: que en esta crisis actual estamos en una situación de shock de demanda y oferta mientras que la crisis del 29 fue un colapso del sistema financiero, que la crisis actual es global mientras que la de 1929 afectó fundamentalmente a EEUU y Europa Occidental, y que los gobiernos en 1929 no actuaron y eso hizo que se magnificara el problema y la solución llegara más tarde.

Además, en este caso la economía venía ya reforzada con incentivos monetarios y medidas para controlar la crisis que comenzó con el Covid. Es decir, ya se estaba trabajando para paliar la caída de las economías a nivel mundial y en medio de esos esfuerzos ha llegado la crisis de la guerra de Ucrania.

“La similitud que tendría con la bolsa americana a día de hoy o a finales del año pasado sería el fuerte rally. El rally americano ha durado desde 2009-2010 hasta el 2021, han sido 11 años en los cuales la bolsa americana ha batido año tras año el récord de rentabilidad y sobre todo la parte tecnológica. Si en 1920 estábamos en la revolución industrial ahora estamos en la revolución tecnológica y esto es lo que ha catapultado las acciones y precios de muchos sectores, sobre todo los ligados a tecnología y a nuevos negocios hacia valoraciones y múltiplos estratosféricos”, comenta José Lizán, “esta podría ser una similitud, hay unas acciones muy sobrevaloradas cotizando a múltiplos muy elevados y todo el mundo invirtiendo en tecnología pensando que nunca va a terminar ese mantra y en este 2022 ha habido una limpieza de las valoraciones en el sector tecnológico”.

A su vez, de esta similitud que comentaba surge una clara diferencia entre la situación de entonces con la situación de ahora, “El Crack del 29 se produjo por una sobrevaloración con un apalancamiento excesivo y un crack bursátil que corrigió las valoraciones. La diferencia es que ahora se está produciendo una caída del mercado inducida por el fin de las políticas monetarias. La de 1929 no iba precedida de una burbuja monetaria como la que han creado los bancos centrales en la última década, que es el problema de la crisis actual”, aclara Lizán.

Pero el Crack del 29 no ha sido la única gran crisis que ha vivido el mundo bursátil, aunque sí la más conocida. “Ya hemos vivido caídas del 12-13% como se vivió en el 29, por ejemplo, cuando pasó lo del Brexit, con la crisis del Covid, con las declaraciones de Christine Lagarde sobre su rechazo al rescate de los países del sur… con lo cual, el Crack del 29 ha sucedido muchas más veces”, explica el mismo analista.

Entre las mayores diferencias, el analista destaca la del apalancamiento de los inversores, “creo el apalancamiento que había en los años 20 antes del crack era mucho mayor de lo que es hoy. Hay inversores con gran porcentaje de acciones en el sector tecnológico, pero no de manera apalancada”, sentencia José Lizán.

Por todo ello, podría decirse que aunque a primera vista la situación puede resultar similar, las diferencias son muy amplias y no se puede comprar la situación macroeconómica que se vivió durante 1929 y la situación macroeconómica en la que nos encontramos inmersos actualmente.