A comienzos de diciembre del pasado año, el BCE acometió la mayor bajada de las tasas de la historia de la entidad en tres cuartos de punto.

Entonces, el BCE consideró en su boletín que la recuperación económica se produciría gradualmente "apoyada por la caída de los precios de las materias primas", si bien el tono del informe es ahora mucho más pesimista.


Ello se debe a que "los datos y los indicadores mensuales de noviembre y diciembre disponibles desde la última reunión del Consejo de Gobierno (se refiere a la de comienzos de diciembre) señalan claramente un debilitamiento mayor de la actividad económica con el cambio del año".

El BCE considera que se han materializado los riesgos a la baja para la actividad identificados previamente.

El Consejo de Gobierno del BCE espera que "la caída de los precios de las materias primas apoye los ingresos disponibles reales en el periodo venidero".

A su vez, "las significativas medidas que han implementado los gobiernos para hacer frente a las turbulencias financieras debería ayudar a asegurar confianza en el sistema financiero y a disminuir las restricciones en la oferta de crédito a las empresas y a los hogares".