Y hay más, Chris Wood recomienda la compra del mercado chino que actualmente cotiza con un per de 13,4 veces beneficios esperados para 2010 y de 11,7 veces en 2011, frente a un máximo alcanzado en noviembre de 2007 de 24 veces. Hay asuntos que chocan de manera frontal con las expectativas de bancos de inversión y de organismos supranacionales. La primera es que estos últimos no contemplan un escenario de doble suelo, de recaída económica. La segunda, que auguran mejores expectativas bursátiles a medio y largo plazo, a pesar de la fuerte subida acumulada desde el 9 de marzo del año pasado, en lo que es la Madre de Todos los Rebotes. La tercera ¡ay, la tercera! es el consejo de adoptar medidas profilácticas respecto a China, mercado caro y sobredimensionado y, lo que es peor, falto de estadísticas fiables, con lo que calcular el PER así porque sí puede comportar riesgos impredecibles e inasumibles.

Hay, no obstante, una evidencia: hasta hace un año los mercados cotizaban un pesimismo extremo y desde hace un año, los índices arrojan crecimientos, una euforia desmedida. “Habrá que colegir, que los mercados tienen alma”, le pregunto a uno de mis gurus favoritos.

.-"Sí, los mercados tienen alma, una especie de sentimientos indescriptibles, pero es un alma de acero, porque son las máquinas las que mueven sus aspas de molinos de viento las veinticuatro horas del día en busca de datos, referencias, estadísticas. Son las ordenes ejecutadas por ordenador, sistema al que se han apuntado la mayor parte de las gestores de fondos y de patrimonios del mundo”, me dice

.-"¿Alma de acero?”, insisto

.-"Así es. El inversor final lleva más de dos años fuera de la Bolsa y lo que es peor, llevan sacando dinero de los fondos de renta variable para meterlos en los de renta fija, con lo que está creando una enorme burbuja en el mercado de bonos. Pero voy con la Bolsa. El mercado de renta variable a nivel global está en manos de las máquinas, que utilizan sofisticados sistemas de medición de la temperatura económica en el globo, aunque el peso de Estados Unidos es muy grande en estas almas de acero. En sus tripas tienen almacenados millones de datos y estadísticas pasadas, que comparan con las actuales y a partir de ahí instrumentan su política de gestión de compra y de venta de valores”, me dice

.-"¿Entonces?", pregunto

.-"Entonces sucede que todo es casi de color de rosa en términos estadísticos, porque la base comparativa juega a favor del presente y del futuro inmediato. Habrás leído hace unas horas que el paro en España, por ejemplo, ha crecido, pero menos que en el mismo mes que el año pasado; que las ventas de coches registran el mercado mes de marzo de la historia; que el sentimiento económico mejora; que los resultados empresariales, principalmente en EEUU, superan expectativas...La clave está en la base de comparación, en el punto de partida. Esa es la clave y esa la gran amenaza que planea sobre los mercados, porque el alma de acero de las Bolsas no entiende si es una rebote en V, en L o si nos encaminamos hacia un doble suelo”, finaliza.

Por último un apunte sobre la euforia y el miedo escénico en las Bolsas. Hay muchas frases que han quedado grabadas en los registros de la Bolsa por su contundencia y efectividad, por su demostrada capacidad de acierto. Por ejemplo, “comprar al ruido de tambores y vender al son del violín” “comprar cuando la sangre corre por Wall Street y vender cuando se descorchan botellas de champán” “vender cuando tu limpiabotas te diga lo que tienes que comprar”...¿Quién no conoce un enamorado despechado, un jugador de impulsos arruinado, un poeta suicidado...? Sentimientos, dicen, que juegan malas pasadas, que socavan el ánimo, hasta que uno se desploma hundido, abatido. Y al revés. Sentimientos de euforia que te hacen creer que el Nirvana va a seguir pos los siglos de los siglos. No es poesía. La Bolsa tampoco. Muchos creen que la Bolsa no tiene sentimientos. Están equivocados. Kostolany, El Maestro, dejó escrita La Ley del Sentimiento Contrario: “Yo compro cuando todos venden.Yo vendo cuando todos compran”, decía El Maestro. No dejó escrito, sin embargo, la fórmula para acertar, el factor tiempo (el momentum).

Fuente: www.lacartadelabolsa.com