Mientras Banco Santander sigue negociando las condiciones del ERE que incluirá a menos trabajadores y en el que se podrán jubilar, con condiciones, empleados a partir de los 50 años, la entidad mira esta semana a los inversores y lo hace en forma de dividendo.
El banco quiere premiar a sus inversores y lo hará de forma efectiva con las nuevas acciones de la ampliación de capital liberada con títulos nuevos equivalentes a 0,10 euros por acción como remuneración complementaria de 2019, tal y como aprobó la pasada Junta de Accionistas de la entidad celebrada en octubre, y lo hará en el mismo día en el que el Banco Central Europeo (BCE) se pronunciará sobre los dividendos futuros de la banca de la eurozona.
Estas acciones cotizarán el próximo día 11 en el mercado, tras la ampliación en 361 millones de euros con cargo a reservas que ha realizado la entidad y 722 millones de acciones ordinarias. Finalmente por tanto, el dividendo con cargo a los resultados del pasado año se completa con 0,20 euros por título y una rentabilidad sobre el mismo que supera el 8%. Ahora habrá que ver qué dice el Banco Central Europeo sobre lo que quiere Santander y también aprobó su Junta: la remuneración de los 0,10 euros por acción con cargo a 2020 y ya en efectivo. Si se pronuncia a favor ese pago al accionista no se produciría antes del próximo mes de enero.
En su gráfica de cotización observamos como el avance del Santander va en paralelo con el del Ibex 35: desde el comienzo de diciembre acumula un alza la entidad cántabra del 15,4% tras subir en las últimas cuatro sesiones de forma consecutiva. Eso le lleva a niveles en su precio que no se veían en el valor desde el 6 de marzo del pasado año, antes del confinamiento y de lo más duro para el mercado tras el azote de la pandemia.
Recupera niveles que, sin embargo, siguen marcando el impacto del coronavirus en su cómputo anual ya que el valor pierde desde el pasado 1 de enero un 20%, pero lejos de la caída de la mitad de su cotización que ha registrado, con mínimos de los últimos 25 años en su precio en lo más duro del efecto coronavirus.
Desde The Wall Street Journal de los 23 analistas que siguen el valor 10 recomiendan comprar sus acciones, dos sobreponderar, 9 mantener y dos vender el valor. El consenso apuesta por tanto por sobreponderar con un precio objetivo de 2,92 euros por acción lo que le otorga un potencial de tan solo el 2% sobre su cotización actual.
María Mira, analista fundamental de Estrategias de Inversión indica que Santander “en una valoración por ratios y bajo previsión de beneficio por acción (BPA) de 0,25€/acción para el cierre de 2021 -en base al beneficio atribuido que incluye no solo el beneficio ordinario sino también el efecto de saneamientos y extraordinarios-, la valoración del mercado parece justificada dado que la incertidumbre es por el momento muy elevada y las estimaciones tienen baja consistencia. Para 2020 todo apunta a un cierre en rojo en cuanto al resultado atribuido”.
“Por valor contable la valoración del mercado es muy escasa, no alcanza ni las 0,30 veces el precio valor en libros, si bien es una infravaloración general en el sector y justificada por las malas previsiones, la curva de tipos estancada en mínimos, el riesgo por aumento de mora y una segunda ola del COVID-19 que no da tregua con el consiguiente impacto en la economía”, apostilla la experta de Estrategias de Inversión.
Desde el punto de vista técnico el analista de Ei José Antonio González señala que “la verticalidad de sus ascensos no cesa, incluso se amplía, acumulando mayor sobrecompra. El precio logra superar máximos previos aunque el volumen cede posiciones, permitiendo un próximo cruce al alza por parte de sus medias móviles de medio y largo plazo. Es necesario purgar abultados excesos antes de plantear un ataque a la zona de los 3,196 / 3,1625 euros, así como a la directriz decreciente de fondo”.
Santander en gráfico diario con Rango de amplitud medio en porcentaje, oscilador MACD y volumen de contratación
Según nuestros indicadores premium técnicos, Santander alcanza una baja puntuación, aunque mejorada de 4 sobre 10 puntos posibles. Entre lo mejor, destaca sin duda su tendencia a medio plazo, que se mantiene alcista, el momento total que es rápido y el creciente volumen que mantiene el valor a medio plazo. Entre lo peor, la tendencia a largo plazo que mantiene su persistencia bajista, el momento total lento que es negativo, el volumen decreciente a largo plazo y la volatilidad, que en sus dos vertientes, tanto a medio como a largo plazo sigue siendo creciente.