Según la normativa de la UE, a los países se les suele exigir tener déficit presupuestarios inferiores al 3% del PIB.

El gasto de los estímulos fiscales y las ayudas estatales a los bancos en dificultades han aumentado los déficit presupuestarios y los niveles de endeudamiento público. En diciembre, el bloque acordó gastar cerca de 200.000 millones de euros para ayudar el crecimiento económico.


"La eficiencia de las políticas de estímulo fiscal a corto plazo depende del compromiso creíble a retirar estos estímulos cuando la recuperación esté en camino", dijo Almunia en un comunicado que acompañaba el informe sobre las finanzas de la UE.