La razón del cambio  de opinión de Morgan Stanley es porque proyecta unos rendimientos bajos para los próximos 12 meses: alza promedio de 1% para el S&P 500, MSCI Europe, MSCI EM y Topix Japón incluyendo dividendos.

Después de casi 18 meses de desaceleración de la actividad económica mundial, el equipo de economía global de Morgan Stanley espera que el crecimiento toque fondo en el 1T 2020 y mejore a partir de entonces.

Es cierto que Morgan ha cambiado su posición de infraponderar inversiones en bolsa a una neutral, pero cuando analizamos su cartera observamos que siguen teniendo una predisposición bajista.

A pesar de la postura de Morgan, los inversores han pasado de ser bajistas a alcistas respecto del comportamiento de las bolsas, gracias al respaldo que el FED ha dado a los mercados con sus inyecciones masivas de liquidez.

Los inversores han rotado hacia activos de riesgo.

Durante estas tres últimas semanas hemos visto que en EEUU el ritmo de entrada de dinero en fondos de renta fija ha disminuido significativamente, y se ha incrementado notablemente el de entrada en fondos de renta variable. Este hecho y los programas de recompra de acciones han sido la causa de la subida del S&P 500.

Todo ello, se ha producido a pesar de que las estimaciones de crecimiento del PIB de EEUU en el cuarto trimestre se hayan desplomado, para situarse en torno al 0,83%.

El importe de las entradas de dinero en los fondos que invierten en las bolsas europeas  durante las últimas cuatro semanas ha sido el más alto desde marzo del año pasado. Estas entradas no se justifican porque los resultados de las empresas europeas hayan sido algo mejores de lo esperado, puesto que las expectativas eran bajas.

Da la sensación de que los inversores han decidido invertir en renta variable a partir del momento en el que Powell decidió poner en marcha el “NO QE”, es decir, inyectar 60.000 millones al mes hasta junio de 2020. Es decir, las inyecciones de liquidez del FED han desatado la codicia de los inversores.

Las masivas inyecciones de liquidez de Powell ha sido el principal catalizador que ha llevado a los inversores a capitular y al S&P 500 a la zona de los 3.100. El resto de los catalizadores, como un crecimiento de los beneficios superior al esperado y las discusiones comerciales entre EEUU y China, que han impulsado al S&P 500 al 3.100 ya están ampliamente descontados.

Por lo tanto, la pregunta es sencilla: ¿cuál será el próximo catalizador que impulse de nuevo al S&P 500 al alza?

¿Un nuevo QE del FED?

La reciente flexibilización de los bancos centrales ha sido la razón por la que es probable que la economía goblal inicie una recuperación. Ahora bien, es improbale que el Fed, el BCE o el Banco de Japón pongan en marcha nuevos programas de flexibiliizacion cuantitativa. "A partir de 2020, estaremos solos", como señalan los analistas de Morgan Stanley.

El riesgo de que el S&P 500 despliegue una onda a la baja, dentro de su tendencia alcisa de medio y largo plazo, ha aumentado durante la última semana. Ahora bien, las bolsas caerán cuando tengan que caer. Y, por el momento, no han perforado ningún soporte relevante ni han dibujado una figura de agotamiento del tramo al alza.

El primer soporte lo vamos a situar en torno a 3.100-3.090, mientras el S&P 500 se mantenga por encima, alcistas.

Si nos fijamos en el NASDAQ 100, tomaremos como referencia el nivel 8.275-8.250, mientras se mantenga por encima, alcistas.

El DAX Xetra presenta un primer soporte en los 13.100 y un segundo soporte en los 13.000. Mientras se mantenga por encima de 13.000, prediposición alcista.

Como saben, nuestra predisposición hacia el IBEX es bajista. Y mantendremos esa predisposición bajsita en tanto en cuanto se mantenga por debajo de 9.275, mantendremos una prediposición bajista.