Hay una serie de megatendencias que pueden hacer que nuestros ahorros sufran o se vean beneficiados si estamos en el sector adecuado para ello.
Después de toda una vida ahorrando, no podemos permitirnos que nuestras inversiones se vean mermadas cuando llega el momento de nuestra jubilación, ya que son estas inversiones lo que nos permitirá tener el mismo nivel de renta que tenemos actualmente.
Cualquier inversor debe tener 3 cosas claras a la hora de gestionar sus inversiones:
- El momento macroeconómico global que tengamos en cada momento, y sobre todo mirar a los próximos años. Debemos saber si el mercado se encuentra en una fase expansiva o por el contrario se encuentra estancada o en recesión, ya que la valoración de los inversiones que hagamos son diferentes según el momento en que nos encontremos. Si una empresa tiene un alto porcentaje de sus ingresos en un mercado o pais , y dicho mercado va a sufrir, es mejor salir de dicha empresa, ya que su cuenta de resultados se va a ver afectada.
- Los grandes cambios tecnológicos, legales y de comportamiento del consumidor. ¿Están nuestras inversiones en empresas o sectores que se van a beneficiar en el futuro de estos grandes cambios o por el contrario van a verse perjudicados? Esa es uno de los grandes hitos de los inversores, alejarse de los malos sectores y centrarse en los que tienen “el viento a favor”. Una gran empresa cómo Nokia, dejo de ser atractiva en tan solo un año, porque no se adapto a los nuevos teléfonos móviles.
- El perfil de riesgo que tiene cada inversor, ya que será determinante para asumir las posiciones en los activos que tenemos que invertir. Si un inversor tiene buenas inversiones , pero el nivel de riesgo que asume no es el que le corresponde, puede que dichas inversiones le quiten el sueño ( por no asumir el riesgo que tienen ) o que incluso las vea muy conservadoras y el inversor acabe aburrido de obtener una baja rentabilidad ( ya que está dispuesto a asumir más riesgo)
Debemos buscar ahorros periódicos que nos generen pequeños retornos, y eso en el largo plazo se convierte en rentabilidad para el inversor.
Si ponemos un ejemplo, en el que un inversor va invirtiendo anualmente 4.000 euros al año ( 330 euros al mes), vemos como en función de la rentabilidad obtenida va subiendo mes a mes nuestros ahorros y en 30 años, habremos invertido 120.000 euros y podemos obtener entre 233.000 euros ( con una rentabilidad del 4%) y 489.000 euros ( con una rentabilidad del 8% anual).
Los inversores necesitan rotan las carteras cuando llega el momento y no dejar las inversiones en activos en los que dejan de ser atractivos para el futuro. La rotación de carteras no debe ser discrecional, debe estar pensada para trasladar las posibilidades de rentabilidad a nuestro favor. Rotar carteras por rotar, solo nos llevará a generar comisiones a nuestra entidad financiera.
Una correcta rotación de carteras nos permite tener siempre nuestras inversiones a salvo de los malos sectores y eso es un colchón de seguridad grandísimo ante caídas del mercado, que siempre sufren más las compañías en los que los grandes inversores no confían.
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