No se esperaba mucho del encuentro entre los países productores de petróleo y miembros de la OPEP en su reunión ordinaria celebrada en Viena. Las expectativas han estado en consonancia con la realidad, ya que todos los actores no han conseguido ponerse de acuerdo ni en congelar los niveles de producción, ni mucho menos en reducir la producción con el objeto de que la oferta y la demanda del crudo se termine equilibrando.
(Ver: comunicado de la OPEP)
Este desencuentro, que principalmente ha venido de la mano de Irán, puesto que es el que menos interés tiene en reducir su producción una vez que se le levantaron las sanciones a nivel internacional para volver a exportar. El país asiático vuelve a estar en los mercados y no quiere rebajar su producción hasta que vuelva a los niveles que tenía antes de que recibiera dichas sanciones.
Ese ha sido el principal escollo para llegar a un punto común. Algo que, efectivamente, estaba en la hoja de ruta del día de hoy. Sin embargo, la cuestión es… ¿Qué puede pasar con los precios del petróleo en estos momentos después de que el cártel no haya conseguido alcanzar un punto medio entre todos sus miembros? ¿Qué piensan los analistas al respecto?
Desde el punto de vista de Sara Carbonell, relationship manager de CMC Markets, “ya no confío tanto en las reuniones de la OPEP”. En este sentido considera que no piensa que haya grandes cambios con respecto al crudo “porque la situación de fondo sigue igual”. Por eso explica que los precios del petróleo podrían estar “a finales de año entre 50 y 55 dólares, más por la demanda que la oferta”.
A este respecto explica que de una forma natural “la oferta sí que va descendiendo porque desgraciadamente hemos tenido los ofertos de Canadá, parones en Nigeria y porque en EEUU muchas compañías han quebrado…” Todo este descenso de los precios del crudo “ha llevado a que muchas compañías quiebren, lo que hace que la oferta vaya disminuyendo”, concreta. Al margen de la reunión de la OPEP “sí vamos a ver incrementos de los precios de aquí a finales de año”, tal y como apunta la experta.
Desde el punto de vista de Daniel Pingarrón, estratega de mercados de IG, esta reunión no es “determinante” para la evolución del crudo. El petróleo sube con fuerza “en paralelo a una apreciación del dólar, lo cual en teoría no favorece al petróleo, pero lo que está cotizando el mercado del petróleo es un cambio de las perspectivas que había sobre los fundamentales”, analiza. De esta forma, concreta que “no vamos a ver un petróleo en los próximos seis meses en los 70 o 75 dólares”.
Así pues, en su opinión, el mercado esperaba que la sobreoferta del petróleo “durara hasta finales de 2017” y se está adelantando mucho la fecha “en la que el mercado va a llegar al equilibrio”. En definitiva, el mercado va a llegar “a un equilibrio entre la oferta y la demanda entre seis y nueve meses antes de lo que estaba previsto”. Eso hace que el petróleo esté “en los niveles actuales”.
En palabras de José Luis Cárpatos, analista independiente, una vez conocido el resultado de la reunión no va a mostrar muchos cambios en el precio del petróleo tanto al alza como a la baja. El experto ve que como mucho el crudo “puede ir a los 40 dólares” por la parte baja, dónde en esa zona sería una “zona de compra clara”. Y por arriba tiene una “zona de resistencias fortísmas no solo por técnico sino también por fundamentales en el entorno de 50 o 60 dólares”.
Anna Garofano, de activos financieros de Diverinvest, argumenta que lo que sí que es verdad es que el precio del petróleo cayó mucho el año pasado, pero que ahora se puede “haber estabilizado cerca de niveles de 50 dólares”. Así pues piensa que el precio “se va a mantener más o menos estable en 50 dólares, lo cual beneficia “a la mayoría de integrantes”.
Por otra parte, el equipo de análisis de Citi afirma que el futuro del petróleo se encuentra enmarcado en un entorno que pretende ser “volátil” y con una estabilidad “difícil de alcanzar”. En esta línea apuntan a cuatro factores que pueden llevar a fluctuar al precio en una amplia horquilla. En primer lugar, que Arabia Saudí ha obligado La OPEP a rechazar su papel regulador del mercado tradicional.
En segundo lugar, la posibilidad de que Estados Unidos entre en juego de nuevo con el shale oil podría volver a desequilibrar el entorno.
En tercer lugar, la gobernabilidad en los países productores de petróleo cada vez es más más frágil y da lugar a interrupciones de suministro cada vez más frecuentes, con problemas de abastecimiento persistentes en Irak, Libia, Nigeria y Venezuela.
En cuarto lugar, y quizá lo más crítico, los flujos financieros han asumido un papel cada vez más dominante en la determinación de los precios a corto plazo, a menudo inundando los fundamentos del mercado. Los flujos financieros se han concentrado en la contratación y con enormes volúmenes diarios, lo que refuerza el sentimiento del mercado.