La compañía de gestión de activos alerta de los riesgos a los que se enfrenta la banca española señala que los mercados no descuentan la posibilidad de una estancamiento de la economía global y, mucho menos, de una recesión.

Mirabaud señala que hay razones para considerar que la banca española se encuentra menos capacitada para enfrentarse a una nueva recesión que en el año 2008. Así, a pesar de que la entidad destaca positivamente la mejora en los niveles de capitalización, advierte de otros factores de riesgo como, por ejemplo, la tasa de morosidad, que se encuentra en el nivel de los 10,12%, así como a la erosión del margen antes de provisiones como consecuencia de los bajos tipos de interés fijados por los bancos centrales.

Ante la posible bajada del tipo de interés aplicados a los depósitos que las entidades financieras tengan en el Banco Central Europeo (que ya se encuentra en terreno negativo), Mirabaud señala que los bancos españoles podrían tener dificultades para maniobrar con rapidez debido, por un parte, al elevado peso de margen sobre intereses en el mix de ingresos como por la dificultad para ajustar los tipos aplicados tanto al activo como al pasivo.

Por este motivo, Mirabaud señala que la capacidad de defensa de las entidades bancarias dependerá de su estructura del balance: por un lado del mix de la cartera de crédito (los créditos hipotecarios lastrarán a la entidad, al no poder repreciarse) y por otro del mix y coste del stock de depósitos (las entidades con mayor peso de los depósitos a la vista tendrán mayor flexibilidad). En ese sentido, la entidad ve poco probable que el rendimiento de los depósitos a plazo bajen del 0,25% por ciento y ve posible que el sector contrarreste caídas del tipo aplicado al activo de hasta 50 puntos básicos.

En lo respectivo a las fortalezas de las principales entidades financieras españolas, el informe de Mirabaud valora positivamente el potencial de Banco Sabadell y Banco Santander.
 

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En el caso de la entidad catalana resalta que debería beneficiarse de una contribución cada vez más positiva de la recientemente adquirida TSB, que dispone de un mayor margen financiero y que se encuentra en proceso de crecimiento en lo relativo a volúmenes. Por este motivo establece el precio objetivo de las acciones de la entidad presidida por Josep Oliu se sitúa en los 1,92 euros (actualmente cotiza a 1,56 euros).

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Respecto al Santander, destaca la internacionalización de su negocio, que actualmente cotiza un 30% por debajo de su valor en libros y su relativamente escasa aportación del margen intereses generado en Europa respecto al total (21%).

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Por este motivo, señala que el precio objetivo se sitúa en los 6,1 euros/acción, lo que supone un potencial de revalorización del 50,6%.

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Para Caixabank y Bankia, por su parte, señala riesgos que podrían afectar al precio de las acciones de las compañías. En el caso de la entidad catalana advierte de su riesgo de M&A, lo que podría diluir el valor de las acciones, al tiempo que valora negativamente el crecimiento en su volumen de negocios.
 

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En el caso de Bankia, Mirabaud destaca negativamente su exclusiva implantación en el mercado español, que acapara el 100% de su margen, además de ser la más sensible a una rebaja en los tipos de interés, debido al fuerte peso del libro hipotecario y la elevada exposición en el margen de intereses a las carteras de bonos (supone el 50% del total).

 

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