Europa

El crecimiento de los precios al consumo en los 19 países que utilizan el euro se ralentizó hasta el 9,2% en diciembre, frente al 10,1% del mes anterior, según los datos de Eurostat, muy por debajo de la previsión del 9,7% de Reuters. Pero las presiones subyacentes sobre los precios siguen aumentando y los indicadores de crecimiento económico son sorprendentemente benignos, lo que sugiere que el Banco Central Europeo seguirá subiendo los tipos de interés durante los próximos meses.

Inflación euro

La cifra oculta una tendencia poco esperanzadora, ya que todos los componentes clave de la inflación subyacente se aceleraron. Si se excluyen los volátiles precios de los alimentos y la energía, la inflación aumentó del 6,6% al 6,9%, mientras que una medida aún más limitada que también excluye el alcohol y el tabaco subió del 5% al 5,2%.

El BCE, que lucha contra una escalada histórica de los precios, ha aumentado desde julio los costes de financiación al ritmo más rápido jamás registrado. Ha prometido una serie de nuevas medidas este año para frenar una inflación que, según sus propios economistas, se mantendrá por encima de su objetivo del 2% hasta bien entrado 2025.

La inflación de los servicios y de los bienes industriales no energéticos, ambos muy vigilados por el BCE para calibrar la durabilidad del crecimiento de los precios, se aceleró, lo que aumenta la preocupación de que la inflación esté siendo más tenaz de lo esperado. Según Bert Colijn, economista de ING, "el aumento de la inflación subyacente significa que el Banco Central Europeo no se desviará mucho de la senda restrictiva que se marcó a finales del año pasado", en declaraciones a Reuters.

A más empleo, más gasto... y más inflación

Se esperaba que la recesión provocara un aumento del desempleo, lo que reduciría la presión sobre los precios. Pero el empleo, ya en máximos históricos, está aumentando, no disminuyendo. Además, el apoyo fiscal a los hogares también está siendo elevado, con lo que está aumentando el poder adquisitivo, lo que pesa en contra de las políticas restrictivas del BCE.

"El retraso en la repercusión de los elevados costes de producción y un mercado laboral todavía fuerte sostendrán la inflación subyacente", dijo Riccardo Marcelli Fabiani, de Oxford Economics. "Con la inflación subyacente en niveles récord y probablemente manteniéndose alta en los próximos meses, esperamos que el BCE lleve a cabo dos subidas de 50 puntos básicos en febrero y marzo y haga una pausa después en medio de la relajación de la inflación y las tendencias económicas moderadas".

Aunque es posible que la inflación vuelva a subir en enero, es probable que el punto álgido haya pasado y el BCE empiece a centrarse en la rapidez con la que retrocederá.

Mercados y encuestas empiezan a tener en cuenta la posibilidad de que el crecimiento de los precios se mantenga más tiempo por encima del 2% e incluso las propias previsiones del BCE, que han demostrado ser excesivamente optimistas en los dos últimos años, no prevén que el banco alcance su objetivo hasta finales de 2025.