Se han convertido en uno de los productos de inversión más populares que existen actualmente. Son productos derivados con dos características principales: permiten el apalancamiento y tomar tanto posiciones largas (compradas) como cortas (vendidas).
Estrategias de inversión ha organizado un desayuno con los tres principales brokers de CFDS, Interdin. com, IG y CMC Markets para hablar de la situación, perspectivas y retos del sector.

Brokers de cfds

De izquierda a derecha: Enrique Martí (Interdin.com), Marta Izquierdo (IG) y Carlos Villalibre (CMC Markets)

A pesar de que es un producto con el que cada vez opera más gente, los tres brokers consideran que hay buenas perspectivas en nuestro mercado, especialmente si pensamos que es una herramienta que ha ido de la mano de la crisis y que ha convivido con ella. “Estamos viendo un volumen de consultas mayor en las que todavía es difícil discernir si es por puro momento de mercado o que cada vez es un producto que más usan los inversores”, explica Carlos Villalibre, responsable de CMC Markets en España. A lo que hay que añadir el desarrollo tecnológico, que ha favorecido la evolución de estos productos por la “sencillez en la operativa, acceso desde puntos móviles…que hace que tengan mayor potencial”. Una opinión que comparte Marta Izquierdo, directora en España de IG que reconoce que en torno a un 35% de las operaciones se hacen desde el teléfono móvil, donde ha ayudado mucho la mejora de las conexiones a internet”

Eso sí, todavía es el cliente más novel el que se utiliza estos productos y, según va alcanzando una mayor experiencia, se dirige al mercado de futuros pero “el dibujo es el de mucha gente operando con CFDS y pocos con futuros”, explica Enrique Martí, director de Interdin.com. Sin embargo, a la hora de operar, tan importante es saber el perfil de riesgo de cada inversor como la correcta elección del bróker con el que realizará sus inversiones.

A día de hoy son numerosos los brokers que se publicitan con mensajes “agresivos” sobre cómo alcanzar una gran rentabilidad en poco tiempo. Por ello, es necesario “mirar opiniones, buscar quiénes somos, dónde estamos, regulación, información financiera… Si todos miramos opiniones para ir a un restaurante ¿por qué no lo hacemos cuando invertimos nuestro dinero?”, explica Martí. Y a ello se unen preguntas como “mirar quién regula y a qué banco mandas el dinero. Si pones tu dinero en España sabes que tienes una garantía adicional que si lo mandas a otro país donde desconoces la legislación”, reconoce Izquierdo. Pues bien, este debe ser un ejercicio básico a la hora de decidirse a operar con uno u otro bróker ya que “no aporta las mismas garantías el bróker que está regulado, lo que redunda en un mejor servicio, mayor calidad y mayor protección”, explica Villalibre.

La normativa ¿en pro del cliente?

Es precisamente la falta de control del regulador aquellos brokers que no cumplen la normativa, lo que no terminan de entender. “En lugar de que prevalezcan los intereses de los clientes lo que manda es dónde tienes la licencia, pasaporte o ficha. Si estás fuera, ellos no pueden actuar”, explica Martí. Y al final, cuando un mensaje está en español, está dirigido al cliente nacional habrá que dirigir el foco de riesgo hacia aquellos que no cumplen la normativa.

IG, CMC e Interdin en un momento del desayuno. CFDS, brokers

Marta Izquierdo, Enrique Martí y Carlos Villalibre, en un momento del desayuno 

La parte de MiFid - Directiva de mercados sobre instrumentos financieros – precisamente intenta proteger tanto al cliente como al bróker y eso, es positivo. Aunque hay muchos clientes que todavía se muestran reacios a dar sus datos, lo cierto es que esta normativa “sirve para clasificar los datos y poder decirle con qué productos puede o no puede operar. Va en protección del cliente”, explica Villalibre. Algo en lo que no coincide el experto de Interdin.com quien tacha de “política” la medida y una forma de demostrar que han actuado pero “no son finalistas en cuanto a la protección del inversor. Si no eres conveniente te encuentras con un problema de usabilidad y en muchas ocasiones cuesta hacerle entender a un cliente por qué tú le exiges esos datos - o incluso no le permites operar – cuando otros brokers no le solicitan ninguna información. ¿Qué ha pasado con los brokers que no han implementado esta normativa? Pues nada. Y en caso de que vengan mal dadas te dirán que ellos han hecho esa directiva y que los clientes están catalogados”. Deja de ser una ventaja competitiva cuando las reglas no se aplican por igual.

Y hay un pero más: los precios se mueven. A la gente que opera, le tienes que hacer pararse para hacer el test y en ese tiempo el precio se mueve. El cliente está catalogado pero “no vemos hasta qué punto esto protege al cliente”, reconoce la experta de IG. Al menos, le ayuda a conocer su perfil de riesgo y saber si determinados productos son o no aptos para el mismo. Al igual que ocurre con el apalancamiento. Una de las características tan intrínsecas al CFD que es el inversor el que tiene que verlo como ventaja o inconveniente de acuerdo a su perfil. Al inversor se le da suficientemente información y capacidad para que entienda el concepto, además tiene herramientas para gestionarlo – como son los stops- y no debe perder de referencia el tamaño de la posición.

El inversor español, sabe en qué opera

Al final, todo inversor debe ser consciente de cuál es la parte del capital que podemos destinar a determinadas inversiones y qué rentabilidad deseamos obtener. “Siempre siendo conscientes de que una mayor rentabilidad conlleva más riesgo”, explica el experto de CMC Markets. De ahí que sea imprescindible conocer los productos, los riesgos que conllevan… “para eso les damos una cuenta demo. Y si un día estás a tope operando y el mercado se mueve en contra, hay que ser consciente de lo que puede pasar”. Ese sigue siendo el reto que se plantean las tres plataformas: la formación. Siendo conscientes de que es necesaria la cercanía con el cliente y que ambos están del mismo lado.

Sobre los activos en los que opera el inversor español, también hay consenso pues “el cliente invierte en lo que conoce”. Ibex, DAX, Eurostoxx o S&P500 así como las acciones españolas y Euro-dólar y Euro-yen, son los principales activos operados por el inversor español. Cada vez hay menos fronteras y no hay muchas diferencias entre unas oficinas y otras. Pero sí que es cierto que, en aquellos países donde la divisa no es el euro, hay una cultura mayor de operativa en forex porque “no les es indiferente cómo evoluciona su divisa en base a las otras”.

Por último, hay otro de los retos que tiene el sector en mente, es la Tasa Tobin. El impuesto a las transacciones financieras. Aunque todavía es pronto para sacar conclusiones –no se sabe si se implementará o no y a qué productos afectará – lo cierto es que la consecuencia está clara: si grabas a la renta variable, grabarás a la gente que opera en bolsa y dejarás al mercado sin liquidez. Enrique Martí, de Interdin afirma que “están poniendo piedras en el camino de los inversores para los equities locales. Todavía falta por determinar la información concreta pero si hablan de un 0.01%, serán 12 euros por operar en Ibex cuando ahora se cobran 3, lo que habrá que repercutir al cliente ya que nosotros compramos y vendemos la acción”. De esta forma, el acceso directo al mercado será poco competitivo. Hay que ser conscientes de que “el inversor no se quedará de brazos cruzados y el dinero no estará quieto. Si operar en España no es rentable, se irá a otro sitio”, explica Izquierdo. Y si “al cliente de España les mando a invertir en Google para evitar grabarle, quito toda la liquidez a la compañía española, lo que sería la destrucción del mercado de capitales”.