Los mercados han aguantado ante la perspectiva de recesión, pero no es ni mucho menos seguro que puedan seguir haciéndolo. El último trimestre del año suele prefigurar lo que se avecina y, con esta idea en mente, Andrew McCaffery, CIO global de Fidelity International, esboza tres cuestiones que, en su opinión, determinarán el rumbo de los mercados en 2024.  

1. Señales divergentes 

La inflación ha descendido durante el tercer trimestre, pero hay que estar alerta: los datos globales encierran una imagen más matizada. 

Se observan señales de que la transmisión de la política monetaria restrictiva a la economía real no ha sido tan rápida como los bancos centrales habrían deseado. Muchas empresas, por ejemplo, están obteniendo intereses sobre sus depósitos, pero, al haber acordado plazos a varios años, no están pagando más por la deuda que acumularon a tipos ultrabajos durante la pandemia. En última instancia, creemos que el mecanismo de transmisión se ha retrasado, en lugar de romperse, y la situación podría invertirse rápidamente, sobre todo cuando las empresas comiencen a refinanciar su deuda el próximo año. 

Entretanto, los analistas de Fidelity International esperan, en promedio, unos aumentos moderados de los precios durante los próximos seis meses y ponen de relieve la persistencia de las presiones en las cadenas de suministro de sectores como la industria y los servicios de comunicación. La Reserva Federal no ha resuelto todavía el problema de la inflación. 

2. ¿Tipos más altos durante más tiempo? 

Los bancos centrales han aprendido de sus errores de hace dos años y esta vez no van a subestimar las presiones inflacionistas, por lo que el mensaje parece claro: los tipos se mantendrán en niveles más elevados durante más tiempo. No obstante, es una estrategia arriesgada, especialmente ahora que se acercan rápidamente los vencimientos de la deuda de las empresas. Muchos de nuestros analistas esperan que los gastos por intereses de las empresas que cubren aumenten entre un 15% y un 25%. 

La situación es lo suficientemente incierta como para creer que es mucho más probable que haya recesión que no la haya. Calculamos que existe una probabilidad del 60% de recesión cíclica, en la que el desempleo suba hasta una horquilla comprendida entre el 4,4% y el 6,5% en EE.UU. durante los próximos doce meses.  

3. China: ¿Oportunidad entre la incertidumbre? 

La falta de confianza de los consumidores ha sido un obstáculo para la recuperación de China desde la pandemia, pero ello se debe en parte al coste psicológico soportado tras años de confinamientos. Sin embargo, las autoridades también son conscientes de la importancia de la confianza en sectores como el inmobiliario. Los consumidores chinos tienen pocas probabilidades de gastar mientras gran parte de su riqueza esté vinculada a un mercado de la vivienda que se deprecia. 

Pekín ha suavizado algunas restricciones para la compra de vivienda y las hipotecas en un esfuerzo por reactivar el sector, aunque no esperamos estímulos a gran escala de parte de unas autoridades que están alerta ante una espiral de deuda. No obstante, estos esfuerzos por impulsar la confianza de los consumidores son un buen augurio para el mercado, al igual que otras noticias positivas, como el repunte del sector servicios. Entretanto, las acciones cotizan con descuentos cercanos a los máximos históricos frente a los mercados internacionales. Hemos tomado buena nota de ello. 

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