Después de un período de crecimiento más débil, la economía mundial parece estar lista para recuperarse en 2020. La desaceleración de este año ha generado preocupación por la posibilidad de que la economía global se contraiga. De hecho, la mejoría en la actividad se basa en una relajación de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China y en unos tipos de interés más bajos en Estados Unidos. 

La llegada de un acuerdo entre EEUU y China, fortalecería el comercio mundial y la inversión empresarial. La actividad podría mejorar en Europa y Japón, así como en Estados Unidos. Las economías de mercado emergentes se están acelerando en general, aunque todavía existen preocupaciones sobre cuestiones específicas de ciertos países, como Hong Kong o Argentina.

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Disminución de las tensiones comerciales

Las perspectivas de un acuerdo comercial han mejorado, como muestra el siguiente gráfico. Hay buenas razones por las que el presidente Trump puede estar más dispuesto a llegar a un acuerdo ahora. El presidente, que se enfrenta a procedimientos de destitución en su país, y con la inminencia de las elecciones, necesita impulsar la actividad de Estados Unidos.

Habiendo jugado ya la carta fiscal a través de los recortes de impuestos en 2018, no le queda más remedio que proporcionar algún alivio en el comercio, en particular a su base a través del aumento de las compras de productos agrícolas por parte de China. Mientras tanto, EE.UU. parece reacio a reducir los aranceles, por lo que China está presionando, y el progreso es lento.

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El acuerdo comercial augura mejores días para Europa

La perspectiva de al menos un acuerdo comercial parcial entre EE.UU. y China es una buena noticia para las grandes economías exportadoras de la eurozona. Dado que muchas economías europeas gozan de buenos indicadores internos, un repunte del comercio podría conducir a un resultado positivo para la región en 2020. Schroders ha elevado su previsión de crecimiento de la eurozona desde el 0,9% al 1,2%.

Desde la gestora esperan que la nueva presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, mantenga el rumbo marcado por su predecesor Mario Draghi, con la posibilidad de otro recorte de tipos en el nuevo año. Lagarde forma parte de un grupo creciente que pide medidas de "estímulo fiscal", recortes de impuestos y gasto en infraestructura para impulsar el crecimiento.

Mejores perspectivas también para las economías de mercado emergentes

Schroders ve una aceleración en la mayoría de los mercados emergentes, a medida que el comercio se recupera y la inflación sigue siendo limitada, para permitir algunos recortes más moderados en los tipos de interés. Es probable que las medidas gubernamentales desempeñen un papel clave.

Hay perspectivas positivas para Brasil, ya que la reforma de las pensiones debería impulsar la confianza y fomentar la actividad económica. Por el contrario, la India se ve amenazada por algunos desafíos, en particular, por sus bancos. Schroders espera ver una mejora por el respaldo de la acción gubernamental. Los líderes de Rusia siguen centrados en la estabilidad económica y en un crecimiento estable, aunque bajo.

Por otro lado, es un año importante para China. En 2010, el gobierno se comprometió a duplicar el tamaño de la economía y los ingresos medios para 2020. Para alcanzar estos objetivos, las autoridades tendrán que garantizar al menos que el crecimiento se mantenga en el nivel simbólico del 6%. Es posible una mayor flexibilización de la política económica.

Sin embargo, mucho de lo que ocurre dependerá del acuerdo entre Estados Unidos y China, y el riesgo geopolítico persiste. Por último, las tensiones entre Rusia y Estados Unidos no se han resuelto y existe la posibilidad de sanciones adicionales.

Los bajos tipos de interés de EE.UU., otro pilar de apoyo

Además de una reducción de las tensiones comerciales, también se sentirán los beneficios de unos tipos de interés más bajos, que facilitarán la obtención de préstamos. Las condiciones monetarias, el rendimiento de los bonos y el dólar estadounidense, son las más bajas en casi una década (ver gráfico)

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En septiembre, se vio mayor riesgo de un crecimiento más débil combinado con una mayor inflación, y ahora vemos un equilibrio más saludable entre los riesgos de crecimiento y de inflación. Por el lado negativo, el fracaso de los EE.UU. y China a la hora de alcanzar un acuerdo comercial en la primera fase podría provocar una desaceleración de la actividad mundial. 

Crecimiento e inflación más equilibrados

En términos generales, ahora se ve que el equilibrio de riesgos entre el crecimiento y la inflación se distribuye de manera más uniforme, con potenciales ventajas para ambos, respaldados por la fortaleza del mercado laboral estadounidense. Schroders ve una mayor posibilidad de que los salarios se aceleren y creen que podrían aumentar más de lo previsto (ver gráfico). Todo ello debería ser positivo para el consumo, pero podría llevar a la Reserva Federal a endurecer su política para enfriar la economía y amortiguar las presiones inflacionarias.

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En Schroders, hace un par de meses, veían mayores riesgos de un crecimiento más débil combinado con una mayor inflación; por el contrario, ahora ven un equilibrio más saludable entre los riesgos de crecimiento y de inflación.