En estos momentos, la situación es desconcertante a causa del coronavirus y por una posible guerra de precios del petróleo. Sin embargo, muchos analistas y expertos afirman que ni los acontecimientos ni los titulares deberían afectar a los inversores a la hora de vender o comprar acciones. En este sentido, la inversión ‘value’ (inversión en valor) implica adoptar una visión basada en el largo plazo.
¿Cómo calculan los inversores el verdadero valor de una empresa?
Hay que determinar el verdadero valor de las compañías en función de sus ‘fundamentales’, como su potencial de generar beneficios, la solidez financiera o su balance general. Por ello, se compran compañías cuyas acciones están cotizando por debajo de su valor real (que se encuentran infravaloradas por el mercado) para después venderlas cuando alcancen dicho valor.
Así, los inversores value creen que los mercados tienden a reaccionar de forma exagerada, tanto en las buenas como en las malas noticias, y aprovechan las distorsiones de los precios.
¿Ofrece la inversión de valor una propuesta atractiva en mercados difíciles?
Las compañías value son, a menudo, negocios que han experimentado situaciones cercanas a la quiebra y, por tanto, se esfuerzan por evitar que vuelva a ocurrir. Por ello, como suelen estar gestionadas desde la prudencia y presentan balances sólidos, están potencialmente preparadas para capear situaciones complicadas, aunque hay que analizar caso por caso.
Pero, ¿no se han comportado peor las acciones value cuando los mercados han sido sobre vendidos? Es cierto que la reacción de los mercados ha sido vender acciones de compañías value, sobre todo, del sector financiero y materias primas. Quizá, no es algo que llame la atención dados los temores por el impacto del coronavirus, ya que son empresas muy cíclicas.
Sin embargo, estas empresas tienen hoy en día algunos de los balances más sólidos del mundo, lo que, unido a sus atractivas valoraciones y a un riguroso proceso de selección, hace que algunas de ellas merezcan ser consideradas por quienes están dispuestos a adoptar una visión a largo plazo.
La labor que supone determinar el verdadero valor de una empresa y poner a prueba sus fundamentales en un amplio espectro de escenarios posibles, quizá no es suficiente para saber cómo reaccionarán ante una pandemia como la que vivimos. No obstante, se trata de un análisis apto para saber cómo se comportarán estas compañías ante una crisis severa como la de 2008/09.
¿Cómo se ha comportado la inversión de valor tras periodos de agitación en los mercados?
El responsable de investigación y análisis de Schroders, Duncan Lamont, ha explicado cómo se comportan los mercados ante una crisis. “¿Cómo se comporta el mercado cuándo el índice del miedo, VIX, se dispara? Las cifras señalan que, más que un momento de salir de los mercados bursátiles, históricamente los momentos de pánico han sido en los que los inversores han obtenido mejores beneficios.
Intuitivamente, se podría pensar que las cosas serían diferentes para las acciones de valor. También, que si los inversores ya son pesimistas sobre las perspectivas de una empresa, como suele ocurrir con las acciones de valor, se preocuparían aún más por ellas en un entorno así, y el precio de sus acciones se vería afectado. Sin embargo, ocurre lo contrario. Históricamente, quien ha invertido en compañías de valor en momentos de turbulencias, ha obtenido mejores resultados que si lo hubieran hecho en otro momento.
Utilizando datos desde 1991, analizamos cómo se han comportado las acciones de valor (índice Russell 1000 Value) cuando el VIX ha estado en diferentes niveles. El VIX refleja la cantidad de volatilidad que los operadores esperan para el índice del mercado de valores S&P 500 de EE.UU. durante los próximos 30 días.
Cuando este índice ha sido alto, normalmente se han producido fuertes retornos. De media, las acciones de valor han subido en torno al 25% en los siguientes 12 meses desde que el VIX superara los 33 puntos. Por tanto, hay que tener en cuenta que el indicador alcanzó los 60 el pasado nueve de marzo, cuando su nivel normal es que esté entre los 10 y 20 puntos.
Como ocurre con todas las inversiones, resultados pasados no tienen por qué ser un reflejo del futuro, pero la historia sugiere que los períodos de mayor volatilidad, como los que estamos experimentando en la actualidad, han sido mejores para la inversión de valor de lo que se podría haber esperado.
Entonces, ¿los inversores de valor mantendrán su mismo enfoque en medio de los acontecimientos actuales?
Sí, seguirán pasando la mayor parte de su tiempo analizando los informes y cuentas de las empresas para responder a la pregunta: "¿Es el balance lo suficientemente bueno? Esto se debe a que las soluciones que parecen adecuadas en entornos favorables suelen ser perjudiciales en momentos de más
En este sentido, los inversores seguirán centrados en saber cuál es el valor real de las compañías y no tendrán miedo de comprar, pensando en el largo plazo, cuando otros prefieran no hacerlo.
Kevin Murphy, gestor del equipo de acciones Value, afirma: "No sabemos dónde se situarán los precios de las acciones en los próximos meses. Nadie lo sabe. Sin embargo, actuaremos como siempre lo hacemos, acudiendo a dónde esté el valor; adquiriendo acciones que otros no creen adecuadas y, sobre todo, comprando compañías que están infravaloradas. A medida que estas percepciones negativas se relajen, los precios de las acciones se revalorizarán.