Los últimos cuatro años han estado marcados por una escalada muy visible y a menudo imprevisible de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China. El resultado ha sido un panorama bastante dispar para los inversores que intentan navegar por estos mercados. Pero, ¿será el enfoque del presidente Biden menos controvertido y permitirá el tan necesario alivio a la a veces dolorosa relación entre Estados Unidos y China? Aunque desde la gestora esperan un enfoque más predecible y estratégico por parte del presidente Biden, no tiene por qué, necesariamente, conducir a una mayor previsibilidad o a la reducción de las barreras comerciales.

Reconstruir amistades y respetar las reglas
En Aberdeen Standard Investments esperan que Biden reconstruya las alianzas europeas tras cuatro años de incertidumbre bajo el mandato de Trump. El hecho de que una de las primeras medidas del nuevo presidente fuera volver a incluir a Estados Unidos en el Acuerdo de París ilustra no solo su interés en la política climática, sino su apuesta por el multilateralismo basado en normas.

Esto debería hacer que la relación entre la UE y EE.UU. sea mucho más estable, aunque no se debe asumir que eso implique una alineación perfecta en todo momento. El acuerdo de inversión entre la UE y China es un buen ejemplo de que Europa está mostrando su voluntad de tener una relación con China al margen de la situación con Estados Unidos.

De hecho, es posible que surjan algunas disputas comerciales menores. Sin embargo, estas discrepancias pasarán por el debido proceso en la Organización Mundial del Comercio y no deberían ser motivo de gran preocupación fuera de las industrias específicas afectadas. La política se parece mucho a la amistad: se pueden tener desacuerdos entre amigos pero, lo más importante, ambas partes saben que siguen siendo amigos. Con el presidente Trump, ese sentido de amistad subyacente se puso en duda. Esto hizo que cada conflicto se sintiera más como algo significativo e incluso fatal.

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Rivalidad con China desde otra perspectiva
Es útil dividir las relaciones entre Estados Unidos y China en tres categorías: tensiones políticas, barreras no arancelarias y aranceles.

1. Política
Los demócratas están preocupados por las denuncias de violaciones de los derechos humanos en China. Es probable que éstas se hagan visibles con Biden. De hecho, la gestora espera que haya más críticas sobre el tratamiento de las minorías, Hong Kong, etc., de una manera que Trump no articuló tan claramente porque la ética del régimen chino no era su objetivo. Es probable que la nueva administración estadounidense utilice las herramientas geopolíticas tradicionales, como la sanción política para los abusos detectados.

También es probable que trabaje mediante una alianza europea reforzada para organizar una censura coordinada en los casos en los que se hayan producido presuntas infracciones. Dicho esto, es posible que Biden intente tender algunos puentes políticos en cuestiones específicas como el cambio climático y las organizaciones multilaterales.

2. Barreras no arancelarias
La escalada de las barreras no arancelarias (normativas tecnológicas, de inversión, etc.) en los últimos años ha sido un esfuerzo común a los dos partidos del país y no puramente dirigido por Trump. Los demócratas tienen una profunda preocupación por la transparencia y la ética de la administración china.

Así que esperan que continúe la erosión gradual de los lazos en áreas como la tecnología y la inversión. Sin embargo, a Biden le gustaría trabajar mucho más con los aliados para tratar de construir un enfoque multilateral para influir en China.

3.  Aranceles
Biden probablemente dejará en vigor la mayoría de los aranceles existentes sobre las importaciones chinas a Estados Unidos, e iniciará algún tipo de revisión de las relaciones comerciales estratégicas. Se necesitará tiempo para obtener resultados. Las recomendaciones probablemente vinculen los temas de transparencia política y económica a cualquier nueva discusión con China.

El enfoque de Biden es mucho más doméstico desde el principio que el de la administración de Trump. Sin embargo, esperan que tenga que tratar el asunto de China en algún momento.

China es un caso inusual de acuerdo bipartidista
Resulta sorprendente que, en un entorno político tan polarizado, sea poco probable que las relaciones entre Estados Unidos y China mejoren drásticamente bajo la nueva administración, aunque la situación parezca un poco más predecible. ¿Por qué? Es importante tener en cuenta que lo que subyace a todo esto es la desconfianza hacia China entre los votantes estadounidenses de todas las tendencias.

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La mayoría de los norteamericanos tiene un poco de vista desfavorable sobre China
En Aberdeen Standard esperan que Biden adopte un enfoque mucho más estratégico de la política comercial que el presidente Trump, incluso cuando se trata de China. No esperan que el estilo de la nueva administración sea sorprender con tuits que induzcan a la volatilidad del mercado sobre nuevos aranceles a China. Más bien, el tono de Biden será más moderado y considerado.

Sin embargo, no se debe suponer que eso signifique que la relación real mejore drásticamente. Aunque a corto plazo Biden puede decidir suspender las órdenes apresuradas de última hora de la administración Trump, la gestora espera que continúe la tensión entre EE. UU. y China, y que las relaciones comerciales se erosionen gradualmente en los próximos años.