A medida que se han ido normalizando las consecuencias de la crisis financiera mundial, los bancos centrales de todo el mundo han ido reduciendo sus compras y existencias de oro. Mostrando que ya no tiene ningún atractivo como valor refugio para inversores institucionales y la mayoría de participantes de los mercados.


Los precios del oro se desplomaron el pasado 20 de julio en la apertura semanal del mercado asiático, después de publicarse las reservas de oro de China, un dato que los mercados no conocían desde hace seis años.


Las existencias de oro de la segunda mayor economía del mundo, apenas llegaron a la mitad del nivel estimado por el consenso. A finales de junio, las reservas de oro de China apenas superaban los 53 millones de onzas, un 57% de las reservas que tenían en 2009, cuando se publicó la cifra por última vez.

Durante los últimos años, las mayores economías del mundo han llevado a cabo una política monetaria acomodaticia, estimulando con liquidez adicional a los mercados financieros y manteniendo las tasas de interés en mínimos históricos. Esto siempre supone un riesgo de que se dispare la inflación, y llevaba a las manos fuertes a utilizar el oro como cobertura.

Durante los últimos días también se están generando factores bajistas para el oro, tras el comunicado de la Reserva Federal estadounidense de esta semana, después de celebrarse la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto, aumentan las expectativas de una subida de tipos de interés en septiembre y casi nadie duda de que en cualquier caso ésta llegará en 2015.

A medida que se acerca la subida de tipos en Estados Unidos, el dólar se va fortaleciendo frente a las divisas mayores, la fortaleza del dólar suele presionar a la baja a las commodities denominadas en dólares.
Si observan el gráfico diario del oro, cortesía del broker ActivTrades, podrán comprobar cómo el pasado 20 de julio, tras liberarse las reservas de crudo de China, el oro se desplomó más de un 4% y perdió un sólido nivel de soporte situado en torno a los 1.140 dólares en el que venía rebotando de forma recurrente desde noviembre de 2014.
Tras perder los 1.040 dólares, el oro terminó cerrando en el siguiente nivel de soporte, situado en torno a los 1.090 dólares. En estos momentos, el oro está perforando este nivel, y ya no hay referencias de soporte hasta la zona de los 1.000 dólares la onza.

Si acaba perdiendo los 1.000, podría continuar cayendo hasta el soporte semanal situado en torno a 875 dólares. Por debajo de este nivel, no hay referencias de suelo hasta los 700 dólares la onza, los niveles de precios previos a la crisis financiera internacional.

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