El crecimiento económico de la zona euro se situó en el 1,9% en 2018. No obstante, en el último trimestre se ha observado una desaceleración del crecimiento hasta el 1,2% interanual, debido a la contribución negativa de la balanza comercial, como consecuencia de la fuerte desaceleración de las exportaciones provocada por la intensificación de la disputa comercial internacional. Alemania fue el principal beneficiario, con un crecimiento casi nulo de las exportaciones durante el mismo período.

 

EL CRECIMIENTO DEL PIB PODRÍA RALENTIZARSE HASTA 1,4% EN 2019

El crecimiento del PIB en la zona euro se situó en el 1,2% interanual en el primer trimestre de 2019, aún amortiguado por el débil crecimiento de las exportaciones. No obstante, desde Edmond de Rothschild, observan el alentador repunte del crecimiento en el primer trimestre, hasta el 0,4% intertrimestral. El crecimiento del sector de la construcción convierte a este sector en un importante factor de expansión. El crecimiento en la eurozona debería retomarse sobre la base del apoyo del consumo público y privado. 

EL CONSUMO ESTARÍA RESPALDADO POR UN AUMENTO DEL PODER ADQUISITIVO

El crecimiento del consumo privado se sustentará en un aumento del poder adquisitivo como consecuencia de un incremento de los salarios reales debido a un mercado laboral cada vez más boyante. Además, las medidas gubernamentales para incrementar el poder adquisitivo deberían fomentar aún más el consumo en 2019, especialmente en Francia. En Alemania por ejemplo, los cambios en el sistema de seguridad social y en la fiscalidad deberían reforzar y aumentar el poder adquisitivo. Es muy probable que este aumento se deba a la reducción de los niveles de confianza de los hogares, así como a las bajas expectativas de inflación futura, que limitan el gasto en consumo de los hogares en el corto plazo.

EL GASTO PÚBLICO DEBE SEGUIR SIENDO CONSIDERABLE

El gasto público debería aumentar en 2019, apoyado por la expansión fiscal proyectada en varios países de la región. Esto es particularmente cierto en Alemania, donde se deberían invertir 150.000 millones de euros en cuatro años en infraestructuras, educación, vivienda y digitalización. Los gastos relacionados con los consumos intermedios y los aumentos salariales supondrían un aumento automático del gasto público. 

LA INVERSIÓN Y LAS EXPORTACIONES DEBEN MODERARSE

Se espera que el crecimiento de la inversión en bienes de capital disminuya debido al aumento de la incertidumbre. En cuanto a las inversiones en construcción, el crecimiento sólo podría desacelerarse ligeramente, donde se verían apoyados por unos tipos de interés bajos.

El crecimiento de las exportaciones podría volver a caer debido a la desaceleración de la demanda mundial, así como al riesgo de que se intensifique la disputa comercial iniciada por los Estados Unidos. Las importaciones deberían crecer sostenidas por el aumento del poder adquisitivo y del gasto público. El diferencial en las tendencias de importación y exportación generará un déficit comercial, que contribuiría negativamente al PIB.

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EL CRECIMIENTO EN 2020 TAMBIÉN SE MANTENDRÍA ESTABLE

En 2020, se espera que el crecimiento se estabilice. El consumo de los hogares crecería a un ritmo ligeramente inferior al de 2019, a medida que los efectos de las políticas favorables, especialmente en Francia, comiencen a desaparecer. El consumo público debería ralentizarse, debido a la reducción del apoyo a las medidas fiscales. Se espera que las importaciones sean menos sólidas, dependiendo de la evolución de la financiación privada y pública. Y la balanza comercial debería mejorar ligeramente. El desempleo debería estabilizarse.

PERSISTIRÍAN LOS RIESGOS POLÍTICOS

Un Brexit sin acuerdo tendría un impacto moderado en el crecimiento de la zona euro, con una caída de las exportaciones de 0,6 a 0,8 puntos porcentuales en tres años. Se espera que en poco tiempo se debata un nuevo proyecto de acuerdo sobre Brexit.