En cada uno de mis encuentros digitales, o turno de preguntas después de una conferencia, alguien me lanza esta cuestión; ¿es este un buen momento para invertir?
La experiencia en este sector me hace creer que por cada persona que se plantea si Santander es una empresa sólida, o correctamente valorada a su precio actual, cinco personas quieren saber si la tendencia alcista sigue en buena forma o si comienzan a notarse signos de debilidad. Mantengo a diario que nosotros no nos dedicamos a predecir los precios, sino a actuar en base a ellos; diseñando estrategia, creando análisis y planteando hipótesis operativas que desarrollamos para ejecutar en el mercado de la manera más coherente y profesional posible. Como he dicho en más de una ocasión y una vez dijo un inteligente pronosticador; “Si debes hacer pronósticos, hazlos a menudo”.
Cada año paso infinitas horas analizando el mercado, en todas sus facetas y no puedo evitar seguir sorprendiéndome acerca de las declaraciones de la pléyade de fanáticos del oro, observadores de la Reserva Federal, discípulos de la tasa de interés y místicos fiscales que salen en los periódicos. Realmente hay miles de expertos estudiando indicadores de sobrecompra, de sobreventa, patrones chartistas, ratios put-call, las políticas monetarias expansivas de la FED y del BCE, la inversión exterior, y muchas otras cuestiones que considero más que interesantes como economista que soy de profesión, pero ¿son capaces de predecir la evolución de los mercados de forma útil o consistente?
He estudiado muchísima teoría a lo largo de estos años, tanto académicos como profesionales y no se imaginan la cantidad de teoría de mercado que me ha tocado desaprender. En la medida en que la bolsa mantiene cierta relación con la macroeconomía general, la gente trata de adivinar los movimientos del mercado previendo la evolución de variables económicas como la inflación, las recesiones, las tasas de interés, las bonanzas y las crisis. Cierto es que existe para mi, una maravillosa correlación, la cual siempre he defendido a capa y espada, entre las tasas de interés y la bolsa, pero ¿quién puede predecir las tasas de interés con cierta regularidad lucrativa? Hay miles de economistas en todo el mundo y si fueran capaces de predecirlo con éxito al menos dos veces seguidas serían todos millonarios a estas alturas, lo que debería darnos una pista sobre este asunto, ¿no creen? Resumiendo; ¡me gustan los economistas prácticos, lo confieso!
En mi humilde opinión, considero que no importa de qué modo lleguemos a nuestras conclusiones financieras, siempre parece que nos estemos preparando para lo último que ha ocurrido, y no para lo que va a ocurrir a continuación. Como dice uno de mis gestores favoritos “Prepararse para lo penúltimo; es nuestra forma de compensar el hecho de que tampoco vimos venir lo último que ocurrió”. He observado que la gente empieza a preocuparse por la posibilidad de que hubiera un crash, después de que suceda por el pavor a que se repita, pero los que salieron del mercado para asegurarse de que no les pillaría la siguiente vez fueron nuevamente pillados cuando el mercado rebotó, pero la cuestión real es que la próxima vez nunca es como la anterior, y sin embargo no dejamos de intentar prepararnos para ella. Desde nuestros más lejanos antecesores, seguimos mirando al pasado en busca de signos de la próxima amenaza, pero no está claro que podamos saber cuál será exactamente. La última vez que me obsesioné con la inflación, allá por 2.007, tuvimos la recesión de la crisis subprime, y al final de dicha recesión tuvimos otra recesión, la de la deuda pública y quizás como ya ha pasado antaño nos pille otro tipo de inflación; ¡la deflación! La historia se sucede y somos conscientes de que algún día habrá otra recesión y tendrá efectos muy negativos para la bolsa, aunque muy distintos a los de la inflación, los cuales también son muy negativos para la bolsa.
Llegados a este punto, si consideramos que los economistas profesionales no podemos predecir la evolución de la economía y los analistas profesionales tampoco podemos predecir la evolución de los mercados, ¿qué opciones tenemos como inversores? Si se fijan la gente de a pie no habla de bolsa, de hecho si me permiten la anécdota personal, cuando me preguntan a qué me dedico y respondo brevemente, asienten educadamente y, o se van a otro sitio o cambian de tema, y cuando esas personas prefieren hablar de meteorología que contigo de bolsa, es probable que el mercado esté a punto de dar un salto. ¿Nunca les ha pasado? esta sería claramente la primera etapa, el primer estadio de un mercado alcista. La segunda es cuando después de confesar a lo que nos dedicamos, los nuevos conocidos se quedan un rato más, lo suficiente para comentar lo arriesgada que es la inversión bursátil, en esta etapa el mercado ha subido un 15%, pero aún pocos prestan atención. En la tercera fase, Mr.Market ya nos deleita con una subida del 30%, a la multitud empieza a interesarle nuestro tema de conversación, mostrándose entusiastas y abiertos a que les aconsejes qué acciones podrían comprar con sus ahorros y discuten acerca de sus expectativas.
Pero el más interesante es el quinto estadio, la última fase de mercado dónde la gente de otras profesiones nos rodea para decirnos a nosotros, qué acciones deberíamos comprar. Cuando me intereso por analizar los valores aconsejados por la masa observo que técnicamente todos suben de manera impecable, y hasta mis vecinos me aconsejan valores… Es un signo infalible de que el mercado ha llegado a su techo y que la caída está cerca. Dicho esto, y compartiendo mis ideas con reputados gestores a los que admiro y de los que he aprendido mucho, ¡no creo en la predicción de los mercados! Me limito a crear estrategia operativa, a disfrutar con el análisis y a llevar a cabo mis hipótesis de la manera más adecuada y profesional posible gestionando correctamente los riesgos implícitos de cada operación que llevamos a cabo como gestores y operadores.
Warren Buffett nos sedujo con una magnífica frase hace algunos años que sólo comparto parcialmente; “La bolsa no existe. Sólo está ahí como referencia para ver si alguien se ofrece a hacer alguna tontería.” Y es que para mi un acierto en la elección del momento para invertir combinado con un error en la selección de valores, le hará perder la mitad de su dinero. Si su idea es confiar en que el mercado tire de su inversión, más le vale apostarlo todo al rojo en el casino. Y por el contrario sabrá que un mercado está sobrevalorado cuando no pueda encontrar ninguna empresa que se venda a un precio razonable o que cumpla con sus criterios de valoración pre-inversión. Dicen los “Values” más estrictos que nunca es demasiado pronto o demasiado tarde para comprar acciones. Yo soy de las que pienso que una ventaja estadística ayuda a ganar dinero en bolsa. En ello prácticamente baso mi día a día, en la búsqueda que me otorgue estrategia operativa, buscando ineficiencias o virtudes de las diferentes compañías que analizo, basadas en el amplio marco de la escuela austríaca, como ya he mantenido en otras ocasiones.
El mercado podría estar preparado para completar un período de dos meses positivos, por lo que seguimos posicionados al 100% y buscando nuevas ideas de acompañamiento, para seguir aprovechando un entorno propicio para la operativa en tendencia. Desde Blackbird “Cerramos el mes de febrero con buenas sensaciones, marcando nuevos máximos y con las resistencias a punto de marcar reanudación en tendencia”. Más allá de las cotizaciones debemos sobreponderar Europa, concretamente España sobre el resto de índices, pero advirtiendo que el riesgo vendrá por la parte de USA, ahora que ya hemos disipado todos los riesgos que venimos comentando, exceptuando USA, que sigue incrementando en su cotización, pero también sus riesgos potenciales. Podemos decir que tenemos momento pero no valor, y claro, un inversor inteligente, como diría Graham ¡evita el momento y se centra en el valor!
Y es que en definitiva, debemos mantener la mente abierta a nuevas ideas pero como exponía Peter Lynch “no hace falta besar a todas las chicas” cierto es que nos hemos perdido muchas buenas oportunidades, pero ello no nos ha impedido batir al mercado.
Gisela Turazzini
CEO, Blackbird.