“Mucha gente muere luchando contra la tiranía. Lo último que puedo hacer es votar en contra de ello”. Así encabeza Carl Icahn su portal web “The Icahn Report
”, como si de un justiciero se tratara. El multimillonario nacido en Queens, Nueva York, ha obtenido el papel principal en historias controvertidas con muchas empresas en Estados Unidos, liderando el ala más mordaz contra los diferentes CEO de las compañías. ¿Interesadamente o desinteresadamente? 

Icahn ha sabido mover las fichas muy bien en los mercados desde que comenzara a realizar sus inversiones. Los beneficios que ha obtenido a lo largo de la historia, parten de la base de que se trata de un hombre estudioso, con olfato para las finanzas y que sabe moverse como pez en el agua ante situaciones de solución compleja.

Compras, ventas, presiones… El hombre de negocios estadounidense, de origen judío, marca las pautas para lograr más beneficios. Precisamente, uno de sus últimos movimientos que realizó para estirar hasta el límite los réditos a percibir los ha hecho en Dell.

El fundador de la empresa tecnológica estadounidense, Michael Dell, junto a Silver Lake Managament, lanzó una oferta de compra por 13,75 dólares la acción. Por su parte, un grupo de accionistas liderados por Icahn se opusieron a tal cantidad. El asunto lo llegó a llevar a los tribunales el neoyorkino, mientras que días después se hacía con 4 millones de acciones más. Ver para creer. La votación para la aprobación está prevista para el 12 de septiembre, pero para entonces seguro que ya tiene un movimiento ideado.

Otra de las principales batallas que está librando el gran inversor estadounidense es en Herbalife. Allí mantiene una disputa con Bill Ackman. Icahn considera que se pueden mantener las acciones a largo plazo y que tienen recorrido por la situación de la empresa norteamericana. Mientras Ackman está empeñado en demostrar que Herbalife es un fraude para los inversores y que la cotización terminará afectada.



En el ojo del huracán

Sin embargo, la situación de Dell y Herbalife no son las únicas controvertidas que Icahn ha tenido en los últimos años. Más bien es un escueto capítulo dentro de una larga lista de sucesos que han marcado su campo de actuación en sus inversiones.

En los últimos años, destaca lo que sucedió el 24 de marzo de 2008. Icahn demandó a Motorola con el fin de ascender cuatro puestos dentro de la junta directiva para forzar la venta de su negocio de telefonía móvil y obtener beneficio. Lo consiguió. Pero no es el único asunto comprometido en el que se vio inmerso en ese año.

En el mes de julio decidió comprar 50 millones de acciones en Yahoo! Su pretensión era la de ocupar un asiento en la consejo para tener opción de decisión sobre la oferta de compra que lanzó Microsoft. El desenlace fue que entró en el consejo directivo de la empresa haciendo que se rehiciera en gran parte de nuevo, aunque un año después, en 2009, decidió abandonarlo.

Otra batalla que libró el inversor estadounidense fue en Inversiones XO. Intentó la compra, en primer lugar, de las acciones restantes que no poseía a 55 centavos por acción, mientras que la compañía alegó que la propuesta “infravaloraba sustancialmente” la dimensión de la firma. No le bastó a Icahn. Con los pasos adecuados interpuso una demanda a la empresa y respaldado finalmente por accionistas minoritarios en agosto de 2009 se convirtió en director y dueño de la mayoría de los títulos de Inversiones XO.

Por tanto, si Icahn tiene algo especial para obtener beneficios el mejor ejemplo lo hizo palpable recientemente. Concretamente, en octubre de 2012. Consiguió un resultado más que positivo para sus intereses con el movimiento que realizó en Netflix, ya que compró una participación del 10% que, desde aquel momento, ha conseguido que se revalorice hasta en un 274%.


Lo que no cabe duda es que las inversiones que ha realizado, más allá de los enfrentamientos en los que se haya visto inmerso, han cuajado velozmente y le han llevado al éxito a nivel personal. Pero siempre seguirá rondando la pregunta en el ambiente de si realmente lo hace exclusivamente por su interés personal, o si se trata de un hombre abanderado del altruismo y capaz de ponerse al pie de los leones por el beneficio colectivo.