IBERDROLA acaba de recibir los primeros vehículos eléctricos para su flota corporativa, que se van a utilizar para gestiones relacionadas con valijas y mensajerías de ámbito urbano y actividades de los gestores de las unidades de Distribución.

La Compañía tiene previsto sustituir un 40% de su parque móvil, unos 300 coches, por este tipo de vehículos, mucho más eficientes y ecológicos que los de combustión, en línea con su compromiso con el desarrollo sostenible y la reducción de emisiones de CO2.

Esta incorporación supone el segundo paso de IBERDROLA, tras la instalación a finales del pasado año de puntos de recarga en sus principales edificios corporativos en Madrid y Bilbao y la próxima ubicación en el de Valencia, para impulsar la movilidad eléctrica en todos sus centros de trabajo.

Además, la Empresa ha lanzado este año el plan Movilidad Verde IBERDROLA, la primera solución integral española para facilitar el acceso real de los ciudadanos a la movilidad eléctrica mediante la que ofrece al cliente la compra del vehículo, la instalación del punto de recarga, la financiación y el suministro de energía 100% renovable.

El interés del Grupo por promover este tipo de transporte se remonta a hace más de 10 años, con proyectos como el Zeus, desarrollado entre 1996 y 1998 con el Grupo Mondragón; el Viel, llevado a cabo en su centro de San Agustín de Guadalix entre 2002 y 2004, y la iniciativa piloto con el Ayuntamiento de Valladolid para introducir las motocicletas eléctricas y sus infraestructuras de recarga.

A día de hoy, IBERDROLA desarrolla diferentes proyectos relacionados con este ámbito, como el Cenit Verde, junto a Seat, de cara a desarrollar una tecnología española para este transporte, o el Merge (Mobile Energy Resources of Electricity), para estudiar el impacto de la integración de estos coches en las redes de distribución actuales y futuras.

Además, la Empresa ha cerrado un acuerdo con FCC para impulsar el desarrollo del vehículo eléctrico como una de las vías para potenciar la lucha contra el cambio climático y la sostenibilidad. En concreto, ambas empresas han puesto en marcha tres líneas de trabajo para fomentar este tipo de transporte: el impulso de flotas eléctricas, la instalación de puntos de recarga y la participación en las demostraciones de movilidad eléctrica en las ciudades.

IBERDROLA también va de la mano de las diferentes administraciones públicas españolas que han mostrado su interés por el vehículo eléctrico y, así, colabora con las comunidades autónomas de Castilla y León, Valencia, País Vasco, Murcia o Madrid.

Fuera de nuestro país, el Grupo, a través de su filial ScottishPower, participa en un proyecto centrado en el impulso de las infraestructuras eléctricas necesarias para el uso de los vehículos eléctricos en Glasglow y en Estados Unidos, mediante IBERDROLA U.S.A., trabaja en una iniciativa relacionada con la movilidad eléctrica con camiones.

Estas acciones se suman a los estudios que la Compañía está elaborando junto a General Motors Europa para analizar las necesidades técnicas de las infraestructuras de suministro para los coches eléctricos, a la participación en los grupos internacionales para la estandarización de la carga, como el ISO/IEC Joint Working Group V2G a nivel mundial, y a la presencia en prestigiosos foros como el Foreve, en España, y GreenCars, en Europa.

Con la Semana Europea de la Movilidad

IBERDROLA se ha sumado un año más a la Semana Europea de la Movilidad, de cara a promover alternativas de transporte más respetuosas con el entorno como los mencionados vehículos eléctricos, el uso del transporte público, la bicicleta o los coches compartidos.

En este marco, la Empresa ha lanzado en su página web una calculadora de CO2 de viajes con la que los usuarios podrán conocer el nivel de contaminación que generan y además cuáles son los medios de transporte que protegen el medio ambiente en mayor medida.

Además, esta aplicación on line de IBERDROLA ofrece una serie de consejos y recomendaciones para potenciar hábitos de movilidad responsables con el entorno que favorezcan la reducción de emisiones de CO2, eviten la contaminación acústica y, en definitiva, promuevan el desarrollo sostenible.