España – Inversión Extranjera Directa Neta en 2025: Tendencias y Perspectivas

A pesar de un entorno global turbulento para la inversión extranjera directa (IED) durante 2024–2025, España sigue consolidándose como uno de los destinos más resilientes y atractivos de Europa. Un sólido stock de IED, una base de inversores diversificada y un creciente flujo de nuevos proyectos —especialmente en servicios, servicios financieros, energía limpia e infraestructuras—, combinados con costes competitivos y ventajas estructurales, mantienen a España en una posición destacada en los planes de muchos inversores. Sin embargo, la evolución de la geopolítica mundial y los controles más estrictos sobre inversiones introducen limitaciones más selectivas.

Situación Actual (2023–2025)

En 2024, la inversión extranjera directa en España alcanzó los 40.047 millones de euros (frente a los 28.215 millones en 2023), según el último informe oficial, lo que evidencia una fuerte recuperación y reafirma el atractivo sostenido del país para los inversores globales. Actualmente, más de 18.000 empresas con capital extranjero operan en España, generando empleo para aproximadamente 1,78 millones de personas —alrededor del 8–9 % de la fuerza laboral nacional—.

El volumen acumulado de capital a largo plazo es significativo: durante las dos últimas décadas, la entrada anual de IED ha promediado alrededor del 2,3 % del PIB, una cifra notablemente superior a la de la mayoría de los países del área euro. El origen de este capital es diverso: casi la mitad procede de otros países de la UE, mientras que Estados Unidos sigue siendo el mayor inversor no comunitario, con aproximadamente el 14 % del total del stock de IED.

Aunque las cifras completas para 2024–2025 aún se están consolidando, los primeros datos apuntan a una nueva expansión: el número de proyectos anunciados ha aumentado de forma significativa respecto a 2023, y se observa un mayor compromiso con inversiones orientadas a la creación de capacidad y no solo a adquisiciones de activos. En resumen, España entra en 2025 con un stock de IED amplio y diversificado, una sólida base empresarial extranjera y un notable impulso en nuevos proyectos.

Cómo España Atrae a los Inversores

El atractivo inversor de España en 2025 se sustenta en un acceso sólido a mercados, condiciones operativas competitivas y un entorno regulatorio estable. Como una de las mayores economías del área euro, España ofrece acceso directo al Mercado Único Europeo, lo que la convierte en un punto estratégico para empresas interesadas en operar en Europa, el norte de África y los corredores transatlánticos.

Los costes operativos también favorecen la competitividad: España mantiene una estructura de costes inferior a la de muchas economías de Europa Occidental, lo que facilita operaciones a gran escala y centros de servicios. La confianza de los inversores se refuerza gracias a marcos legales y regulatorios transparentes, apoyados por protecciones a nivel europeo y una larga trayectoria de cumplimiento de estándares internacionales de arbitraje.

Además, durante 2024 aumentó notablemente el número de nuevos proyectos extranjeros anunciados, especialmente en energía verde, infraestructuras, servicios financieros y servicios empresariales avanzados. En este contexto, plataformas informativas como RationalFX destacan el creciente interés global por sectores estratégicos que refuerzan la competitividad del país.

Sectores Clave y Tendencias

El panorama de la IED en España en 2025 se apoya en una combinación diversa de sectores de alto valor que siguen atrayendo capital significativo. La manufactura, los servicios financieros y de seguros, la tecnología de la información y las energías renovables concentran una parte sustancial de los nuevos compromisos de inversión.

Los últimos datos muestran que España registró 351 nuevos proyectos de inversión extranjera en 2024, un aumento del 15 % respecto al año anterior, consolidándose como uno de los principales destinos europeos para la IED basada en proyectos.

La distribución sectorial del stock de IED destaca una fuerte presencia internacional en actividades financieras y de seguros, servicios profesionales y científicos, industrias de información y comunicación, así como activos energéticos.

Las tendencias recientes también muestran un interés creciente en proyectos vinculados a la transición ecológica, infraestructuras digitales y servicios empresariales avanzados. España ha aumentado su peso en energías renovables e infraestructura sostenible, siendo identificada como uno de los principales destinos europeos para inversiones greenfield relacionadas con la transición energética.

Retos y Riesgos

El entorno de inversión en España en 2025 presenta varios factores que pueden moderar el impulso de la IED. El más inmediato es la extensión del régimen de control de inversiones extranjeras hasta finales de 2026, que mantiene la obligación de autorización previa para adquisiciones por encima de ciertos umbrales en sectores estratégicos. Esta medida prolonga los plazos de aprobación y genera incertidumbre en transacciones transfronterizas.

A nivel global, el aumento de la fragmentación geoeconómica y la debilidad de los flujos internacionales de inversión crean un contexto menos favorable para nuevos compromisos de capital. La integración de España en las cadenas globales de suministro significa que estas presiones externas podrían reducir el ritmo de los grandes proyectos greenfield.

También persisten desafíos estructurales: el crecimiento de la productividad sigue siendo moderado y podría limitar el crecimiento potencial del PIB en las próximas décadas, influido en parte por el envejecimiento demográfico y la composición sectorial. Las presiones fiscales —incluida la elevada deuda pública y los compromisos de la seguridad social— pueden restringir la capacidad de inversión pública, factor relevante para proyectos de infraestructura dependientes de capital extranjero.

Perspectivas para 2025–2026

España inicia 2025–2026 con un panorama generalmente positivo para la inversión, pese a la incertidumbre global. Su base sólida y diversificada de inversores extranjeros, junto con la expansión continua de nuevos proyectos anunciados en 2024, sugiere una recuperación sostenida en los planes de inversión, especialmente en sectores de alta productividad y transformación estructural como servicios digitales, energías renovables, servicios financieros y operaciones empresariales avanzadas.

Los primeros indicadores de los organismos españoles de seguimiento de inversiones confirman el renovado impulso en los compromisos greenfield, con uno de los mayores incrementos en Europa en nuevos proyectos anunciados durante 2024.

El contexto macroeconómico también respalda una trayectoria moderadamente positiva: las previsiones de crecimiento a medio plazo de España superan las de la media del área euro, ofreciendo un entorno de demanda atractivo para inversores que buscan plataformas de expansión estables.

Aunque la ampliación del régimen de control de IED añade cierta complejidad procedimental, la mayor claridad normativa y la estabilidad regulatoria están ayudando a mantener la confianza de los inversores a largo plazo.

En conjunto, España se encuentra bien posicionada para un fortalecimiento gradual de la IED hasta 2026, impulsado por la transformación sectorial y la diversificación sostenida de sus inversores.

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