En su última reunión, el Banco de Japón (BoJ) ha decidido mantener sin cambios su política monetaria extremadamente acomodaticia. El banco central nipón no ha ofrecido pistas sobre futuras subidas de los tipos de interés o la retirada de algunas de sus medidas. Esta decisión se produce en un contexto de incertidumbre económica y financiera tanto a nivel nacional como internacional.
El BoJ ha mantenido sin cambios el tipo de interés de referencia en el -0,1%, sin variaciones desde enero de 2016, cuando se adentró en terreno negativo por primera vez en su historia. Además, la entidad ha indicado que continuará aplicando su política de control de la curva de rendimientos de la deuda pública. Esto implica permitir que la rentabilidad del bono de Japón a 10 años aumente hasta en un punto porcentual respecto del nivel objetivo. También continuará con sus compras de bonos soberanos a gran escala según sea necesario.
El Banco de Japón ha reafirmado su compromiso con la flexibilización monetaria mientras se ajusta a la evolución de la actividad económica y los precios, así como a las condiciones financieras. El objetivo es alcanzar la meta de estabilidad de precios del 2% de manera sostenible y estable. Para lograr esto, la institución mantendrá su alivio cuantitativo y cualitativo (QQE) con control de la curva de rendimiento. Se ampliará la base monetaria hasta que la tasa de aumento interanual del IPC supere el 2% y se mantenga por encima del objetivo de manera estable. Además, el BoJ está preparado para adoptar medidas de flexibilización adicionales si fuera necesario.
El Banco de Japón considera probable que la economía nipona continúe recuperándose moderadamente por el momento, respaldada por la materialización de la demanda reprimida. Sin embargo, se espera que la economía esté bajo presión a la baja debido a la desaceleración en el ritmo de recuperación de las economías internacionales. En cuanto a la tasa de aumento interanual del IPC, se prevé que supere el 2% a lo largo del año fiscal 2024, aunque se espera una desaceleración posterior.