Banco Santander ha puesto en marcha diferentes alternativas de apoyo a pequeñas y medianas empresas desde el inicio del estado de alarma. Ha concedido en España 45.000 millones de euros en créditos a pymes y autónomos y ha puesto en marcha el Fondo Smart Santander, dotado con 620 millones de euros, para reforzar y financiar su crecimiento.

Este nuevo Fondo Smart está pensado para acompañar iniciativas de compañías "con potencial de crecimiento, sostenibles, innovadoras, digitales y que promuevan la generación de empleo, en todas sus fases de desarrollo". Ofrece financiación a largo plazo para acometer proyectos estratégicos. Es el mayor fondo de deuda privada en España destinado a empresas que facturan hasta 100 millones.

Con este fondo, las empresas se pueden centrar en su crecimiento sostenible mediante el desarrollo de proyectos que multipliquen su rentabilidad. Además, se benefician de un soporte permanente de soluciones financieras y no financieras. El Fondo Smart acompaña a sus clientes en todas las fases de su crecimiento, financiando su proyecto de negocio y desarrollo, tanto orgánico como inorgánico, nacional como internacional con un amplio destino de fondos.

Una de sus ventajas frente a los créditos habituales es que el Fondo Smart supone un apoyo a las empresas y pymes en la medida en que les facilita financiación estratégica para llevar a cabo sus inversiones en condiciones más flexibles que una financiación ordinaria, entre otros, en términos de vencimiento, devolución de principal…, adaptándose a la generación de caja de los proyectos. Además, el fondo funciona como una iniciativa separada de la concesión ordinaria de créditos y tiene en cuenta factores cuantitativos y cualitativos de los proyectos, primando a aquellos que fomenten la sostenibilidad, la digitalización, la creación de empleo o la innovación.

La filosofía del Fondo de Banco Santander es acompañar a las empresas en todas sus fases de crecimiento, desde las fases iniciales post en que el objetivo sea el crecimiento de la facturación (Smart Impulse), pasando por la siguiente donde el objetivo sea consolidación del beneficio operativo (Smart Growth), hasta una fase centrada en el incremento de la rentabilidad (Smart Progress).

La fase de crecimiento o Línea SmartImpulse está dirigida a pymes con una facturación mínima de 1 millón de euros. La dotación es de 20 millones de euros y ofrece un máximo de 2 millones de euros de financiación hasta cinco años. Los instrumentos utilizados son principalmente deuda ordinaria y deuda subordinada, aunque también están previstas otras fórmulas como la financiación convertible.

La de expansión o Línea Smart Growth, dotada con 500 millones, va dirigida a empresas y pymes con una facturación de entre 3 y 100 millones de euros y que presentan alto crecimiento en Ebitda. Ofrece un máximo de 15 millones de euros hasta 10 años. Los instrumentos utilizados son deuda ordinaria y convertible.

Por último, la Línea Smart Progress o de consolidación ofrece 100 millones de euros y está dirigida a empresas y pymes con una facturación de entre 10 y 100 millones de euros, que presentan crecimiento rentable y ya cuentan con estructuras financieras sofisticadas. Ofrece un máximo de 10 millones de euros de financiación hasta 10 años. Los instrumentos utilizados son deuda ordinaria y deuda subordinada.

Entre los proyectos que Banco Santander ha apoyado ya a través del Fondo Smart se encuentra la expansión de los laboratorios Amifar, dedicados a la alta cosmética; el respaldo a los planes de crecimiento, automatización y digitalización de Farmaciasdirect.com, de productos de farmacia y parafarmacia, o el cierre de un ronda de financiación de tres millones de euros para la startup Room007, hostels en Madrid que próximamente abrirá también en Barcelona y Londres.

Junto al Fondo Smart, Banco Santander cuenta con otras herramientas para facilitar el progreso de las empresas y ayudarlas a su crecimiento, como Tresmares Capital, una plataforma para poner a disposición de las empresas fórmulas alternativas a la financiación tradicional, desde deuda privada o personalizada a fórmulas de participación en el capital. El banco aportará a Tresmares Capital, lanzada a finales de 2019, hasta 900 millones de euros para un fondo de deuda privada y participará con un 40% en un fondo de capital riesgo de 175 millones de euros, además de apoyar con su balance el producto tradicional del banco. Y, el pasado mes de noviembre, Banco Santander lideró con una inversión de 300 millones de euros el lanzamiento de Alternative Leasing, el nuevo fondo de inversión libre gestionado por Santander Asset Management. El fondo pretende alcanzar un volumen máximo de 750 millones de euros y está dirigido a inversores institucionales que buscan diversificar su inversión hacia las pymes mayoritariamente españolas y, en menor medida, de Portugal, Francia y Benelux. La financiación se estructurará, en la mayor parte de los casos, a través de contratos de compra y posterior arrendamiento de maquinaria y/o equipamiento industrial, normalmente en uso, existente en el balance de las empresas y que se considere crítico para el desarrollo de su negocio.