El Banco de Japón mantuvo su política monetaria sin cambios después de la primera reunión de su nuevo Comité. La decisión fue votada 8 a 1, con Goushi Kataoka como único oponente.
El componente de comité continuó enfatizando la necesidad de introducir nuevas medidas de relajación con el objetivo de rentabilizar más allá del bono a 10 años, dados los factores de riesgo susceptibles de producirse durante el año fiscal 2020, los efectos de la segunda subida de tipo del IVA y un posible cambio de la actividad económica en Estados Unidos.
El BoJ se muestra un poco menos optimista sobre la trayectoria de la inflación que en sus anteriores proyecciones presentadas el pasado enero. De acuerdo con el informe trimestral, la inflación sigue mostrando signos de debilidad, mientras que las expectativas a medio y largo plazo se han mantenido mas o menos sin cambios recientemente.
Así mismo, el BoJ ya no menciona la fecha de consecución del objetivo de inflación. Después de varios aplazamientos, el gobernador Kuroda ha negado cualquier cambio en el calendario, insistiendo en que la perspectiva no ha cambiado y que la posibilidad de que la inflación converja alrededor del 2% entre 2019 y 2020 es alta. Por otro lado, creemos que el ritmo de convergencia de la inflación hacia el objetivo parece estar debilitándose. La inflación se moderó en marzo y los primeros indicadores de precios de Tokio del mes de abril confirman la tendencia.
En consecuencia, es probable que el objetivo del BoJ sea evitar los posibles nuevos aplazamientos y, por lo tanto, reducir las expectativas de los mercados en favor de una amplificación del sistema monetario actual.