En primer lugar observamos el comportamiento de ARCELORMITTAL desde el comienzo de las subidas de febrero del año pasado, que al mismo tiempo se ha correspondido con el momento desde que el precio del acero comenzó a repuntar:

ARCELORMITTAL desarrollaba desde febrero 2016 una tendencia alcista, delimitando sus periodos de corrección normales a través de una media móvil que guiaba dicha normalidad. En mayo de este año dicha normalidad era rota, sugiriendo el inicio en 26,5 euros de un tramo de corrección/consolidación complejo en el medio plazo. En este sentido, los datos sugieren que futuros acercamientos a 25-26 euros probablemente se tratarían de zonas óptimas de venta.        

Nótese que el punto máximo donde ARCELORMITTAL inicia la corrección en enero de este año no es baladí, ni a nivel de resistencia ni a nivel de papel, siendo la zona con mayor confluencia de negociación histórica, lo que sugiere que romper ese nivel requerirá mucho flujo monetario:

Pero es que el nivel desde donde el propio ACERO también ha iniciado la corrección el pasado mes de enero tampoco es cualquiera, siendo nada menos que el paso de la directriz bajista que viene uniendo los máximos de los grandes rebotes desde el año 2008:

Catalizadores para una vuelta a niveles de resistencia-en el precio del ACERO/ARCELORMITTAL serían las esperadas medidas “anti-dumping” del gobierno USA, a las que ayer jueves volvía a hacer referencia el presidente americano, haciendo que estas empresas dispararan sus ganancias durante la sesión del mercado americano:

Las declaraciones de ayer muestran una clara intención para tomar estas medidas, puesto que vienen siendo declaraciones recurrentes, a las que también adujo durante la pasada cumbre del G20. Y es que USA

El asunto de las exportaciones de China no parece para tomárselo a broma. En el siguiente gráfico mostramos el impresionante dominio a nivel mundial de este país, pasando en diez años de producir el 33,6% del acero a nivel mundial al casi 50% actual:

La cosa debe ser tan “grave” que desde el año 2010 puede apreciarse un claro cambio en el paradigma correlativo entre el volumen de exportaciones chinas de acero y el precio del acero. Nótese que la caída en las exportaciones chinas desde la crisis de mediados de 2015 ha alimentado una recuperación de los precios del acero:

Si estas medidas lograrán frenar las exportaciones chinas y favorecer una subida en el medio plazo de los precios del acero ya se verá. Las estimaciones de demanda de acero por parte de la Asociación mundial del acero contemplan crecimientos a nivel mundial del 1,3% para este año y un 0,9% para el que viene, lo cual sugiere, sin tener en cuenta que el crecimiento mundial del PIB crece actualmente encima del 3%, un 2018 menos alegre:

Nótese las estimaciones del organismo de caída en las necesidades chinas de acero del 2% para 2018; tampoco es un dato intrascendente, teniendo en cuenta que representan casi un tercio de las de todo el mundo.

¿Y qué espera el consenso de mercado que haga el precio del acero en los próximos años?

Desgraciadamente no tenemos ese dato en la plataforma Bloomberg, pero sí tenemos las estimaciones del precio del cobre, que aunque no tercie con los mismos problemas que el acero, muestra una correlación positiva muy interesante en el largo plazo:

Es curioso que los contribuidores (bancos de inversión mundiales, gestores y organismos internacionales) estimen descensos en los precios de cara a 2018, en línea con lo apuntado anteriormente para el acero. Sin embargo nótese que, tras ese bache, esperan subidas en los precios de cara a 2018 y 2019:

Las estimaciones anteriores tienen sentido al estudiar ARCELORMITTAL en escalas de largo plazo. A nivel técnico se aprecia en gráficos trimestrales serios indicios de cambio de tendencia a alcista de cara a los próximos años:

CONCLUSIONES:

Según lo expuesto anteriormente, a nuestro juicio, la inversión en ARCELORMITTAL/ACERO presenta tres “timing” bien diferenciados:

Corto plazo: con la espera de las probables medidas “anti-dumping” a China, que podrían favorecer que los precios continúen recuperando parte de lo perdido desde enero de este año.

Medio plazo: con las estimaciones de un 2018 más complicado, que pueda favorecer nuevas caídas en las cotizaciones desde zonas de resistencia delimitadas por los máximos registrados en enero de este año.

Largo plazo: estimaciones de recuperación de los principales metales industriales, representadas por la ruptura de las tendencias bajistas de muchos de estos valores acereros.