Hoy podemos afirmar que la subida se debió en gran medida al cierre de posiciones cortas, abiertas la semana anterior. Eso era todo, porque el sentimiento negativo que experimenta la renta variable desde hace más de un mes, no ha desaparecido.

El prisma pesimista con el que ahora mismo se contemplan los mercados es global. En EE. UU., unos índices con la mayor sobrecompra desde el inicio del rebote en Marzo de 2009, se enfrentaban a una corrección técnica, justo cuando aparecieron las noticias sobre las investigaciones a Goldman Sachs. El dólar al alza y el patrón estacionario que se inicia en Mayo apoyaban más aun la corrección.

En China, las medidas de enfriamiento económico del Gobierno han dejado de ser una anécdota para convertirse en categoría, lo que trastoca la principal baza occidental para acelerar la recuperación.

Y con este caldo de cultivo, era difícil que en Europa, dónde vivimos nuestra particular crisis, más importante que las dos anteriores, consiguiésemos cambiar el sentimiento a base de anuncios de rescate. La versión que dan los mercados ahora de la situación europea se puede resumir en dos puntos:

- Existen muchísimas dudas de que los planes de rescate y los recortes de gasto vistos hasta ahora vayan a ser suficientes. Las declaraciones de Merkel (la principal actriz en esta función) el pasado viernes, hablando del peligro persistente y de la ausencia de garantías, junto con el hecho de que Moody´s cifra en un 80% las posibilidades de una nueva rebaja del Rating griego son dos ejemplos de esta idea.

- En lo que no hay tantas dudas es en lo que respecta a los planes de recorte de gasto en los países más amenazados (Grecia, Portugal, España, y en breve, Italia y Reino Unido): van a mermar el crecimiento europeo, alargando los plazos de recuperación definitiva.

Así que, en lugar de aplaudir los planes de ayuda y los recortes del gasto (que servirán para combatir el déficit), ahora lo que se castiga es el otro lado de la trama: el infracrecimiento que esto traerá. Simplemente, llevábamos mucho tiempo contemplando la realidad desde un calidoscopio cóncavo (con un rebote de más del 80% en el Ibex que dejó de estar justificado al traspasarse los 10.000 puntos), y ahora, hemos cambiado a la lente convexa.

Los ataques a los activos europeos en riesgo (CDS, divisa y valores financieros) han vuelto. Los Hedge Funds, tal vez con más cuidado tras el rebote del lunes, han vuelto a tomar posiciones. Hemos cerrado la jornada con el Ibex apenas 200 puntos por encima del cierre del Viernes anterior, nivel que sí establecía un suelo que para algunos era absoluto.

El que sea absoluto o relativo dependerá, en gran medida, de lo que acontezca en EE. UU. Europa ya ha hecho casi todo lo que podía hacer, y ahora, sólo queda rezar, ante la conclusión generalizada de que el timing ha resultado ser peor imposible.

Los planes de ayuda y las medias adoptadas deberían bloquear el diferencial entre los índices europeos y americanos, y devolverles la iniciativa a los segundos. Pero éstos también se encuentran en fase correctiva, que puede verse empeorada por las noticias relativas al sector bancario americano, que supone el 8% del PIB americano, y una ponderación mayor aun en Wall Street.

Y el Oro en máximos históricos, alcanzando los 1.250 dólares, y el euro, en mínimos desde Octubre de 2008, cuando quebró Lehman Brothers y empezó la segunda fase de la crisis. Dos señales más que corroboran que nos encontramos en una fuerte corrección medioplacista.