Iberdrola y
RWE paralizaron su intención de fusionarse a principios de año ya que la operación, no sólo habría generado malestar entre los actuales accionistas, sino que podría haber provocado el "veto" del Gobierno alemán, según publicó este fin de semana 'Financial Times'.

Las fuentes del diario británico indican que la integración se encontraba "bastante avanzada", pero "no preparada para una decisión de alto nivel". Las reticencias de Iberdrola procedían del previsible agravamiento del conflicto con su principal accionista, ACS, mientras que por parte de RWE había dudas acerca de la anuencia de Berlín

El veto de los accionistas alemes sería la reacción a un proyecto en el que los inversores de Iberdrola se garantizarían el control sobre un porcentaje ligeramente superior al 50% del grupo resultante.

Esta operación de fusión habría dado origen a una de las principales compañías europeas, con una posición destacada tanto en el Este del continente como en Iberoamérica y con un valor cercano a los 60.000 millones de euros