Endesa ha presentado hoy los resultados correspondientes a los nueves primeros meses del año, unas cifras en las que el cierre de las centrales de carbón se nota con fuerza. En concreto, la eléctrica del Ibex 35 ha logrado un beneficio neto de 176 millones de euros hasta septiembre, un 85% menos que el mismo periodo del año anterior. El beneficio neto ordinario crece un 3%, desde los 1.193 millones hasta los 1.228 millones
Endesa anunció el pasado mes de septiembre que iba a proceder a "la discontinuidad de la producción de sus centrales térmicas de carbón en la Península". Además del cierre ya previsto de las instalaciones de Andorra (Teruel) y Compostilla (León), se sumaban a la lista las de As Pontes (A Coruña) y Litoral (Almería).
El cierre de todas las centrales de carbón anunciado por Endesa, ha supuesto un impacto de más de mil millones en las cuentas de la compañía; en concreto, ha recogido un "deterioro contable de 1.398 millones de euros con un impacto en el resultado neto de 1.052 millones de euros". "Este deterioro contable no tiene impacto en el beneficio neto ordinario de la compañía, y, por consiguiente, tampoco en la retribución a los accionistas a través del dividendo", explica la compañía.
El deterioro contable no tiene impacto en el beneficio neto ordinario de la compañía, es decir, sin extraordinarios. El beneficio neto ordinario crece un 3%, desde los 1.193 millones hasta los 1.228 millones.
Por su parte, el EBITDA ha crecido un 4% respecto del mismo periodo del ejercicio anterior gracias a la buena evolución del negocio liberalizado, a la estabilidad del negocio regulado y al éxito en el esfuerzo de contención de los costes fijos.
Además, la compañía ha realizado un gran esfuerzo de contención de costes: la evolución de los gastos fijos de explotación se ha reducido en un 1% en términos ajustados en un periodo caracterizado por el fuerte incremento de la inversión en energías renovables realizada por la empresa.
El EBIT ha descendido un 80% debido, principalmente, al deterioro del valor de las centrales de carbón por valor de unos 1.398 millones de euros, así como al impacto de la NIIF 16, es decir, de la nueva normativa internacional que obliga a activar los contratos de arrendamiento. La aplicación de esta normativa ha tenido un impacto de 23 millones de euros en las amortizaciones vigentes a 30 de septiembre.
Los costes financieros se han incrementado como consecuencia fundamentalmente de la actualización financiera de las provisiones para la optimización de la plantilla, al desmantelamiento de instalaciones y al impacto de la aplicación de las NIIF 9 y 16 por un total de 37 millones de euros respecto del año anterior.
El cash flow operativo de Endesa ha sido de 1.810 millones de euros en los nueve primeros meses de 2019, es decir, un 59% más elevado que el del mismo periodo de 2018, debido, principalmente, al incremento del EBITDA y a la mejora del capital circulante (+526 millones de euros).
La deuda financiera neta ha aumentado en 1.455 millones de euros con respecto a la registrada el 31 de diciembre de 2018. Esto ha sido consecuencia de varios factores, entre los que destacan el impacto de la entrada en vigor de la NIIF 16 anteriormente mencionada, que ha supuesto registrar un incremento de 271 millones de euros en la deuda neta a 31 de diciembre de 2018; las inversiones realizadas para el desarrollo de nuevos parques de generación renovable, y el pago del dividendo con cargo a los resultados de 2018, por importe de 1.511 millones de euros.
La ratio de deuda neta sobre EBITDA es de tan solo 1,9 veces, lo que da un amplio margen a la compañía para afrontar el fuerte proceso de inversión en energías renovables y digitalización que ha decidido llevar a cabo para cumplir su Plan Estratégico y los objetivos de la transición energética.
Las inversiones brutas se han situado en 1.502 millones de euros, con un crecimiento del 73%, debido principalmente, como antes se ha señalado, al esfuerzo que está realizando la compañía para el desarrollo de nueva potencia eólica y fotovoltaica, así como en materia de transformación digital.
Dividendos
La Junta General de Accionistas de Endesa celebrada el pasado 12 de abril aprobó la distribución de un dividendo total por un importe bruto de 1,427 euros por acción con cargo al resultado del ejercicio 2018, lo que supone una cifra total de 1.511 millones de euros.
Teniendo en consideración el dividendo a cuenta de 0,7 euros brutos por acción abonado el pasado 2 de enero, que supuso un importe total de 741 millones de euros, el dividendo complementario con cargo al resultado del ejercicio 2018 es igual a 0,727 euros brutos por acción, es decir, 770 millones de euros, y fue abonado el pasado 2 de julio.
La política de dividendos de la compañía para los ejercicios 2018-2020 establece que el dividendo ordinario por acción que se acuerde repartir con cargo a esos ejercicios será igual al 100% del beneficio ordinario neto atribuido a la Sociedad Dominante en las Cuentas Anuales Consolidadas del Grupo encabezado por la misma. Por ello, el deterioro contable del valor de las centrales de carbón anteriormente mencionado no tendrá impacto en la retribución al accionista a través del dividendo con cargo a los resultados de 2019.