La cumbre del G8 en Camp David, Estados Unidos, concluyó a favor de un impulso por equilibrar la austeridad europea, con una nueva dosis de estímulo al estilo estadounidense, considerado vital para sanar a las alicaídas economías europeas.
“Ante este escenario, nos comprometemos a tomar todas las medidas necesarias para fortalecer y revigorizar a nuestras economías y combatir las tensiones financieras, reconociendo que no son las mismas para todos nosotros”, señalaron en el comunicado emitido al final de su encuentro en Maryland el pasado sábado.
La cumbre del G8 no no parece dar impulso ni calma a los mercados. Los futuros de las bolsas europeas anticipan una apertura sin rumbo claro mientras la prima de riesgo permanece en el nivel de los 480.