En realidad, se trata de dos denuncias paralelas interpuestas por el Departamento de Justicia y la SEC. Las dos instituciones aseguran que el segundo banco estadounidense por volumen de activos no calculó los riesgos para sus inversores.

Los portavoces de la entidad no reconocen estas acusaciones y aseguran que los inversores perdieron dinero por el colapso del mercado hipotecario. Al contrario que otras entidades como UBS, que han llegado a un acuerdo de indemnización, Bank of America no está dispuesta a aceptar errores ni acusaciones de fraude. Aseguran, además, que se trataba de una emisión dirigida a inversores institucionales y cualificados conocedores del funcionamiento de estos instrumentos y del propio mercado.