No obstante, Iberdrola tiene en sus estatutos limitado a un máximo del 10% los derechos de voto de sus accionistas.

ACS mantiene su estrategia de reforzar su posición en Iberdrola (de cuyo capital actualmente controla un 7,4% de forma directa y un 5,2% indirectamente) y lograr un asiento en su consejo de administración, si bien la eléctrica aprobó en su última junta de accionistas, con el voto en contra del grupo constructor, una reforma de sus estatutos que dificulta el nombramiento de nuevos consejeros.

La modificación limita a quince el número de miembros del consejo de Iberdrola (puestos con que actualmente cuenta) y levanta la limitación de setenta años para formar parte del mismo.