En 2019 China es la segunda economía, en términos de PIB, del mundo y todo apunta a que en apenas una década sea la primera. Ese es quizás el principal punto de debate entre Estados Unidos y China en la actualidad, pues “China ya no es el fabricante de bolis BIC sino que es un fabricante de alta tecnología que cada  vez ofrece una mano de obra más cualificada y barata que la de los países desarrollados”, asegura Gonzalo García Valero, responsable de asesoramiento financiero de Caser Asesores.  Algo que puede poner en alerta a algunos países y gobiernos, como es el caso de EEUU.

Una guerra comercial que “al final es el síntoma de una batalla por la supremacía en el mundo de cara a futuro”, sentencia César Gil, responsable de fondos de fondos de Bankia. Este experto asegura que comenzó con el tema comercial pero las nuevas tecnologías que están dentro del Plan 2025 en China  ha sido lo que ha puesto en el punto de mira al país  asiático que, en términos de paridad del poder adquisitivo, ya es el número uno.  Sin embargo, para Luis Martín, responsable de ventas para Iberia de BMO GAM, “esto no es más que una batallita. La guerra comercial se va a librar de aquí a 20 años y solo hay un ganador: China. Por un motivo muy sencillo, China no tiene prisa. A Trump le queda un año o cinco y medio (depende de si vuelve a salir elegido en las próximas elecciones) como mucho pero en China no hay cambio y en su agenda parecen tener claro que quieren ser los reyes del mundo lo antes posible y tiene todo el poder para ser líder indiscutible en el futuro a nivel mundial”.

 

¿Por qué los emergentes liderarán el crecimiento mundial?

De izquierda a derecha: Carlos Arenas (Renta 4), Faris Hamadeh (Aberdeen), Gonzalo García (Caser), Silvia Morcillo (Ei) César Gil (Bankia), Luis Martín (BMO Global AM), Pilar García – German (Fidelity)

Una supremacía a la que ha contribuido la relevancia que está cogiendo la clase media de los países emergentes, como India,  que está haciendo que el consumo siga siendo fuerte, lo que a su vez está haciendo que el impacto de la guerra comercial sea menor. El experto de Bankia cifra en 400 millones de personas la clase media de China, que es más de la población de EEUU que “da soporte a una demanda interna que podría llevar a un crecimiento más aislado del resto del mundo. Aunque será a futuro porque hoy por hoy el comercio exterior sigue siendo demasiado importante como para aislarse del resto de países”.

Unas economías (ya hablando de los países emergentes en general) que tienen una deuda que no llega al 50% -cuando la de los desarrollados en muchos casos supera el 100% del PIB- que “cada vez son más independientes y que, apoyados en esa clase media, consumo y servicios, van a estar menos motivados con los países desarrollados”. Si se desglosa el total de deuda, Faris Hamadeh, director de desarrollo de negocio en Iberia de Aberdeen Standard Investment, reconoce que “desglosado por países, en China por ejemplo hay un porcentaje importante en deuda corporativa pero hay muy poca deuda comparada con los emergentes o los desarrollados. Y eso es importante porque significa que tienen un poder adquisitivo alto y un potencial crecimiento de la economía doméstica”.

Y, ¿si Estados Unidos entra en recesión? El que tendrá un problema será Europa, asegura el experto de BMO Global AM, que depende mucho más de Estados Unidos que los emergentes, sobre todo “los que tengan un mercado interno potente como China, India o Bangladesh”. Sin embargo, países exportadores o con un déficit comercial muy fuerte como Turquía, Sudáfrica o Rusia, si Estados Unidos cae fuerte van a sufrir sobre todo “porque viven mucho más de las materias primas”.

Lo que sí es un viento a favor es el freno que ha echado la FED a su normalización monetaria, especialmente en lo que es refiere a una estabilización del dólar, divisa en la que están financiadas muchas de estas economías. Pilar García German, senior sales manager para España de Fidelity International, cree que el dólar “no tiene mucho más recorrido y eso, unido a que los tipos de interés permanecerán bajos, son dos factores clave” al que se une, dicen desde Aberdeen, la posibilidad de que estas economías puedan bajar tipos, lo que hace que el entorno sea muy favorable.

Cuando se habla de regiones emergentes a menudo se pone el foco en China como la región que cuenta con un mayor potencial. Sin embargo, hay otras, como India, que están en el podio por razones propias. Una economía que, a largo plazo, solo tiene factores a favor como “seguir con un programa de reformas ya empezado por Modi y ser una economía con buena situación macro, inflación controlada y que cuenta con compañías que tienen fundamentales de alta calidad”, asegura la experta de Fidelity.  India tiene un PIB per cápita que no llega a 3.000 dólares, está saliendo de la pobreza con lo que tiene potencial. Pero además, asegura Luis Martín, “a nivel de población, en 2030 o antes, India superará a China en cuanto a población mundial con lo que el recorrido de la clase media india es espectacular comparada con China”.

Una país que se juega mucho con las elecciones que se están celebrando en el último mes y que tiene factores en contra como una  inflación que está por debajo del 3% pero más por los alimentos que por las materias primas, tiene mucha dependencia del petróleo y cuenta con un banco central indio que ha perdido “parte de su independencia tras los cambios de presidente”, asegura el experto de Bankia. Unos “baches en el camino” que le hacer ser más cauto con la región.

Saliendo de las dos principales potencias asiáticas, Carlos Arenas Laorga, gestor de activos de Renta 4 Banco apunta a Indonesia “que ha hecho y continuará haciendo reformas, ha frenado al ala (islamista) más radical” o Vietman como regiones con capacidad para destacar. En Fidelity ven oportunidades en Rusia, que tiene una macro fuerte, o Sudáfrica “que habrá elecciones y si se vuelve a elegir a Ramaphosa puede impulsar bastante la economía”.

Y ¿qué ocurre con la parte emergente latinoamericana? El experto de Renta 4 apunta a economías como Chile, que es  bastante dependiente del cobre pero tiene mucha estabilidad institucional “que es una pata que le suele faltar a muchos mercados emergentes o Brasil, con todas la reformas que se van a llevar cabo relacionadas con sistemas de pensiones, privatización de compañías públicas, eliminación de la corrupción….”.

Criterios de selección de compañías o bonos en los que invertir

A la hora de seleccionar compañías que formarán parte de la cartera, estos expertos creen que es necesario aprovechar el crecimiento de la clase media con lo que es básico “invertir en los mercados locales que se puedan beneficiar de la demanda interna de la clase media”, asegura Arenas. Compañías poco endeudadas, que puedan subir precios, con fuertes barreras de entrada y con previsibilidad alta en flujos de caja son algunos de los factores básicos a la hora de seleccionar valores.  No en este, sino en cualquier mercado. Sin embargo, aunque en BMO intentan comprar compañías que no tengan deuda “si la tienen buscamos que sólo la tengan en la divisa en que genere su beneficio de este modo intentamos mitigar el riesgo divisa”. Y por otro lado, “no nos gustan las compañías que dependen del Estado ni compramos sectores cíclicos que dependan del ciclo global sino sectores domésticos”.  

 

 

A la hora de invertir en deuda de estos países, la moneda local ofrece rentabilidades a diez años muy atractivas con lo que, unido a las buenas perspectivas de las divisas emergentes, la ecuación sale positiva. Claro que depende del plazo del inversor. El experto de Aberdeen resalta la preferencia por la deuda gubernamental como corporativa tanto en divisa local como en divisa fuerte y resalta en este punto la fortaleza de los países frontera “que cuentan con una demografía muy atractiva, un crecimiento muy elevado en términos de PIB, un yield muy alto y una descorrelación muy importante con el bono americano. Por estos  tres motivos creo que es una oportunidad de inversión interesante”, apunta mientras señala regiones como Centro América o de África subsahariana, como Zambia, en los que compensa el yield adicional.

Cuatro ideas de inversión en la región

  • Qui Chao es una de las compañías que forma parte del Aberdeen China Clase A es un fabricante de licor de arroz con una elevada calidad  y bajo una marca que se vende a 240 dólares/botella con una elevada demanda doméstica.

  • Alía es, a juicio de Fidelity, una compañía de servicios financieros que permite beneficiarse del crecimiento de la clase media que necesita préstamos, hipotecas…

  • Universal Robina es líder en fabricación de bebidas y comidas que es una “máquina de  generar flujos de caja”, admiten en BMO Global AM al tiempo que destaca Yum China, compañía que gestiona marcas como Taco Bell, Pizza Hut o KFC en el país.
  • Tencent “es el modelo de crecimiento de China en los próximos años”, asegura el experto de Bankia. Una compañía que el gobierno incentivará para que no caiga, donde la política de accionistas está bastante avanzada y que antes o después capitalizará lo que están diciendo los ratios.

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