El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha sentenciado que los acusados de posesión de pornografía infantil deberán indemnizar a sus víctimas por las pérdidas económicas que han sufrido.

Sin embargo, la sentencia ha provocado polémica, ya que cada condenado deberá pagar una cantidad “que concuerde con el papel relativo de la parte demanda” en el daño sufrido por la víctima.

Según informa Bloomberg, la sentencia ha sido una victoria parcial para Doyle Randall Paroline, que se ha declarado culpable de poseer 300 imágenes pornográficas.

En este sentido, los jueces han tenido que cuantificar el impacto de que una sola persona tenga una imagen ampliamente difundida de una víctima. Aunque una ley federal de 1994 dice que las víctimas tienen derecho a una indemnización, no especifica cómo debe ser calculada esa suma.

En este sentido, la sentencia ha señalado que “los acusados deben hacerse responsables de las consecuencias y la gravedad de su conducta, pero no de la conducta de otras”. Además, la cantidad no debe ser “simbólica”, pero tampoco “severa”, al menos cuando el acusado haya sido uno de los miles que han visto la imagen.

C.P.O.