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    Renta personal

    ¿Qué son los ingresos personales?

    Los ingresos personales (o renta personal) se calcula sumando la renta de siete fuentes principales y restando luego las cotizaciones individuales para el desempleo, invalidez, asistencia y sanitaria y pensiones de viudedad. Las fuentes más importantes de renta son los sueldos y salarios, que representan el 55% del total. Los datos para esta categoría se obtienen de los informes de la Agencia Tributaria.

    Si restamos el impuesto sobre la renta y otros pagos como donativos, tasas y multas de la renta personal, uno llega a la renta personal disponible. Esta cifra se considera generalmente como más útil que la renta personal pura y simple, porque representa el dinero que las familias tiene disponible para gastar o ahorrar. Se entiende, por tanto, como aquella parte de la renta que los individuos tienen disponible para dedicarla al ahorro o al consumo. Es decir, es el dinero que quedaría después de pagar impuestos. No se tiene en cuenta, por tanto, los gastos que se puedan tener como la hipoteca, el alquiler u otros gastos fijos mensuales. Es decir, es simplemente la renta que obtenemos una vez que se ha tributado por ella al Estado.

    ¿Cómo se calculan los ingresos personales?

    A nivel macroeconómico se calcula partiendo de la renta nacional, que se compone de las rentas del trabajo, es decir los salarios; las rentas de la tierra o alquiler y, finalmente, las rentas de capital. A esta suma se le añade la diferencia entre la tributación sobre la producción e importación quitándole las subvenciones.

    Posteriormente, se le resta la depreciación. El siguiente paso es sumar a los contribuyentes que reciben rentas del extranjero y restar el dinero enviado desde España al extranjero. Una vez que se obtiene el dato, se pasa a restar los impuestos directos, los impuestos indirectos, las cotizaciones a la seguridad social, los beneficios no distribuidos por las empresas y otras partidas. El dato final sirve para conocer entonces los ingresos personales o la renta personal disponible por los contribuyentes para consumo o ahorro.

    Por eso, no se tienen en cuenta aquí los gastos fijos mensuales que se puedan tener como hipotecas o alquileres, ya que entraría dentro del gasto que permite asumir los ingresos personales una vez que se han pagado impuestos por ellos. Un aumento de los ingresos personales a nivel macroeconómico sostenido en el tiempo quiere decir que se crea riqueza y que los contribuyentes tienen mayor poder adquisitivo para gastar o ahorra, algo que sería un indicador positivo del estado de la economía del país.

    Sin embargo, si la renta personal va reduciéndose con el tiempo quiere decir que se tiene cada vez un menor poder de compra y es un síntoma de que la economía del país no marcha bien. En este caso, el Gobierno debería tomar las medidas necesarias para paliarlo, como podría ser una bajada de impuestos para aumentar la renta disponible e incentivar así el crecimiento económico. En cuanto a los ingresos personales de forma individual, se obtienen de la misma manera. Es decir, se calcularía la renta que ganamos al año ya sea como trabajadores autónomos o por cuenta ajena y se restarían los impuestos que se pagan en forma de cotizaciones, directos e indirectos.

    En España, una renta de 32.636 euros, incluido el coste laboral, 25.123 euros sin incluirlo pagaría 15.944 sobre esos 32.636 euros que el empleador paga por el trabajador contratado. Es decir, un 48,8% de la renta total va destinada al pago de impuestos. Así, la renta disponible de un salario medio en España sería del 51,2% de lo que el empleador ha abonado al empleado, es decir la renta total que ha percibido antes de abonar ningún tipo de impuesto.

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