Bonos de corta duración
Desde una perspectiva simple, la curva de rendimientos de los bonos ha tendido a aplanarse en la fase tardía del ciclo cuando la FED sube tipos y, más tarde, cuando sobrevuela el riesgo de recesión, los baja. La curva de tipos ha seguido este esquema durante este ciclo de subidas de la FED pero por una serie de razones “penamos que el aplanamiento es exagerado y el riesgo/beneficio favorece que este movimiento se desvanezca”. Las tres principales razones para el aplanamiento (junto con la subida de tipos de final de ciclo) son: la decisión del tesoro estadounidense de frenar la expansión de su balance; el efecto de los bajos tipos de interés de largo plazo y la habilidad de la empresas estadounidenses de reducir la contribución de las pensiones del 39% al 20% tras la reforma fiscal, dejando una oportunidad para comprar bonos de largo plazo. “Creemos que esto tenderá a revertirse pues un elevado déficit en EEUU se combina con la reducción del balance de la FED, el BCE espera terminar este año su propio QE y el BOJ con señalando hacia una flexibilización en su programa”
Invertir en bonos corporativos de corto plazo estadounidenses es una forma de aprovecharse de ello, pues ofrecen más atractivo del que han tenido en años. Su corta duración no solo les da menos sensibilidad a la subida de tipos sino que son más defensivos en períodos de ralentización económica o recesión.
Cesta de divisas de países emergentes
Los activos de los mercados emergentes han tenido un tórrido 2017 pero lo han tenido complicado en 2018 con la subida de tipos de la FED, los temores a los aranceles y guerra comercial y la incertidumbre política en México, Brasil, Turquía y Argentina han pesado en los mercados. Los emergentes están altamente integrados con el crecimiento global y el comercio global . Sin embargo, las instituciones en ocasiones no son lo suficientemente maduras para que llevar a cabo cambios en el frente político. Cualquier desaceleración imprevista podría derivar en un peor comportgamiento. Sin embargo, “creemos que el peor comportamiento es exagerado, dados los riesgos actuales, y creemos que una gestión rigurosa puede descubrir el valor en los emergentes. Los expertos de PIMCO creen que los emergentes “tienen una inexplicable prima de riesgo asociada que nos permite concluir que una inversión diversificada y con el tamaño adecuado, debería ser parte de cualquier asignación de activos a largo plazo”.
Oro
El oro es un activo real que no sólo sirve como una reserva de valor sino también como un medio de intercambio y que tiende a comportarse mejor en episodios de riesgo. Como tal, uno esperaría que el oro se comporte bien durante el reciente período de incremento de las expectativas de inflación y riesgo der recesión. Todavía ha tenido un rendimiento inferior a su media histórica. “Creemos que esto es porque, ac orto plazo, las propiedades del oro como metal y como divisas están sufriendo por las tensiones comerciales y la fortaleza del dólar, dominando sus propiedades como reserva de valor a largo plazo”. Esto significa, bajo su punto de vista, “una oportunidad de añadir una cobertura de riesgo a las carteras con una valoración atractiva”.
Compañías de gran capitalización
Las acciones de pequeña capitalización han tenido un buen desempeño, mejor incluso que el S&P500, al que han superado en cerca de un 5% este año. Una de las razones para este comportamiento es que las small caps tiene una orientación más doméstica y están más expuestas a guerras comerciales y de aranceles. Mientras esta justificación tiene algunos méritos, “creemos que comprar acciones pequeñas de menor calidad, menor valor y alta volatilidad es incompatible con mantener este buen comportamiento cuando la guerra comercial comience. Consistente con el tema de buscar alta calidad para un mejor comportamiento en esta fase del ciclo, y dados los puntos de entrada atractivos, “favorecemos la sobreponderación de las compañías de gran capitalización frente a las small caps”.
Prima de riesgo alternativa
La alta volatilidad y las elevadas valoraciones podrían resultar en un bajo riesgo-retorno de las primas de riesgo tradicionales como acciones, duración y crédito. Mientras, las estrategias de Smart beta han proliferado recientemente, con la mayoría focalizadas en acciones de renta variable, como clase de activos en los que todavía es posible encontrar una prima por el riesgo y estrategias alfa con están descorrelacionadas con el ciclo actual. Y además, hay un rico universo de estrategias disponibles en renta fija y en el mercado de materias primas que pueden ser combinadas con acciones y divisas como f forma de diversificar las carteras y buscar los beneficios de las primas de riesgo alternativas. Incluyendo, eso sí estrategias diversificadas y liquidas, porque muchas estrategias como el private equity o venture investing, que tienen una alta correlación a los mercados de acciones y que puede no ser deseable en la actual fase del ciclo económico.