Este próximo jueves se inaugura el mundial de Fútbol de Rusia donde una docena de países se enfrentan en uno de los mayores  acontecimientos deportivos a nivel mundial. El interés, como ya sabrán, es elevado. Los líderes políticos creen que las inversiones realizadas suponen beneficios económicos tanto a corto como a largo plazo, una imagen global de valor incalculable y un efecto de marca positivo (con el consiguiente efecto sobre el turismo y la actividad empresarial).

No obstante, es complicado medir los  beneficios económicos que traen estas citas mundiales consigo. Los beneficios a corto plazo, dicen los expertos de Candriam, se pueden medir con mayor precisión tomando en cuenta el “impulso financiero general, el gasto extra en alojamiento y en el sector minorista, los impuestos directos recaudados en las entradas, comisiones e ingresos de los jugadores y las repercusión positiva en el empleo creado durante ciertos meses antes y después de la cita deportiva”.

Pero si nos centramos en Rusia, lo cierto es que es el único país europeo con una población de más de 10 millones de habitantes que nunca ha celebrado una Champions o Mundial de Fútbol. Y además, este Mundial es uno de los más caros de la historia del torneo con un coste estimado de 13.000 millones de dólares, el 70% de los cuáles está  sufragado con cargo a presupuestos públicos. De esa cantidad, más de 4.000 “se han invertido en instalaciones deportivas (estadios) y casi 7.000 millones en mejoras de trasnportes (remodelación de autopistas, aeropuertos y medidas de seguridad).

Esas inversiones vienen realizándose regularmente en los últimos años y la Copa del mundo “en sí misma tendrá una repercusión a corto plazo en la economía rusa en el segundo y tercer trimestre del año”, dice Ken Van Weyenberg, Head of CPM Asset Allocation en Candriam. La economía “se beneficiará de un crecimiento temporal del empleo y el consumo de las 3,5 millones de personas que han comprado entradas para ver los partidos del mundial”. Los anteriores campeonatos muestran que los visitantes de la Copa del Mundo gastan el doble que los turistas habituales en alojamiento, comida, bebida y otros conceptos. Dentro de la concesiones de los estadios  brasileños durante el mundial, “la FIFA registró más de 800.000 servicios de comida, más de 3 millones de cervezas, 2 millones de refrescos y unos 750.000 snacks”. El beneficio económico estimado para Rusia sumará entre un 0,2% y un 0,3% extra al crecimiento del PIB anual de 2018, lo que parece concordar con anteriores torneos. Brasil tuvo un beneficio a corto plazo estimado de entre 0,2-0,7% del PIB mientras que Sudáfrica creció un 0,5% extra en 2010 gracias al Mundial. 

A largo plazo, estimar el beneficio de este evento deportivo es algo más complicado. Aun así, Rusia se muestra bastante optimista teniendo en cuenta el incremento del turismo en los años posteriores a un mundial, los efectos ulteriores en las inversiones del gobierno e incluso la mayor actividad física de los rusos gracias a la mejora de las instalaciones y, por ende, “menos días de baja por enfermedad”, explica Weyenber.  Los informes hablan de un impulso del PIB de 31.000 millones de dólares durante los diez años que van desde 2013 a 2023, en torno a un 2% del PIB total. Aunque es complicado verificar si estas previsiones son realistas.

Evolución bolsa de Moscú

 

Evolución RTS de Moscú

 

A nivel macro,  Rusia es uno de los grandes beneficiados de los esfuerzos de la OPEP por mantener los precios del crudo en niveles elevados. Neil Dwane, Estratega global de Allianz Global Investors cree que los altos precios de la materia prima les está permitiendo mejorar su economía aunque también están luchando con una población exigente y la no reforma de las industrias no petroleras. La economía, por otro lado, “es muy dependiente de los precios del petróleo y el gas y de su exportación. Además, “las sanciones económicas internacionales impuestas por Occidente, principalmente Estados Unidos y la UE, en respuesta a la anexión a Crimea en 2014, perjudican al crecimiento económico, dado que la cuota de exportación de estos productos de petróleo y gas de Rusia cayó del 65% de 2014 al 55% en 2017”, explican los expertos de Candriam.  

Tanto Rusia como Arabia Saudi  -  los dos en el grupo A del mundial –  están involucrados en serios conflictos en torno a sus fronteras que pueden distraer a sus equipos representantes en el Mundial. Esto podría dejar a Uruguay como ganador de este grupo, formado también por Egipto, explica el experto de la gestora.

 

 

Pero esa…es otra historia.  

Fuente: Google