- El dato de inflación en EEUU sorprendió al alza y para muchos acelera los planes de la Reserva Federal para reducir estímulos y comenzar a subir tipos. ¿Cuál es su visión?

 Si, efectivamente, no solamente por los datos recientes sino por la tendencia de los últimos meses y que viene a confirmar algo que ya estaba en el debate público y en el foco de atención de los inversores a nivel global y es que la inflación ya no es tan temporal, ya no es un hecho transitorio como se nos ha vendido sino que la inflación empieza a coger una sensación de arraigo puesto que vemos que no afloja por la evolución que están teniendo no sólo el precio de la energía y las materias primas sino la cesta de consumo de los ciudadanos, que es lo que realmente preocupa. Porque la inflación realmente es un factor que tiene una corrección muy baja, muy limitada en el tiempo y esto es lo que preocupa de cara al crecimiento económico y las perspectivas con las que se trabaja en 2022 y 2023. Estamos viendo como organismos internacionales están revisando a la baja el crecimiento global, los datos de crecimiento de China han sido bastante decepcionantes y nos sigue dejando la idea de que la economía china se dirige de un modo lento pero continuado hacia la desaceleración. Todo esto ahonda más el debate de si vamos a ver a los bancos centrales subiendo tipos de interés y sobre todo qué margen y qué capacidad tienen para mantener una política continuista y que sea coherente con una subida de tipos.

- El mercado ha pasado de estimar una subida de tipos a finales de 2022 a anticipar que podría haber hasta tres y comenzar a mediados de año. ¿Cree que esto puede poner fin al ciclo alcista en bolsa? 

Podría ser una posibilidad indudablemente, está claro que cuando vemos que la estrategia de los bancos centrales, sobre todo en EEUU y la Reserva Federal que es realmente la que ha marcado un camino y un sesgo más alcista, y que nos dice que hay un ‘tapering’ en curso, una retirada de estímulos a través de una menor compra de bonos mes a mes y con ello la capacidad de influir de los tipos a largo plazo y los tipos oficiales empiezan a dibujar un escenario alcista. Empezamos a ver, al mismo tiempo, cierto desorden entre las políticas monetarias y la evolución de los índices en EEUU y Europa. Sobre todo porque en Europa la situación de la pandemia vuelve a ser complicada y con ello las dudas de donde van a estar los tipos de interés el próximo año. Es lo que estamos viendo en los tipos de interés, la curva en EEUU ha empezado a atenuarse, con lo que empezamos a trabajar con la hipótesis de que el mercado ha puesto el freno y cuestione la evolución de las perspectivas de la Fed en cuanto a la capacidad que tiene de subir tipos de interés. 

- Esta semana Goldman Sachs ha anticipado otro superciclo en las materias primas. ¿Dónde ves potencial dentro de éstas? 

Nosotros no compartimos ese escenario de superciclo de subidas en las materias primas, pero sí que creemos que va a ser un elemento importante pero está muy muy supeditado a que el crecimiento sea robusto, no sólo en términos nominales sino también en términos reales, tenga en cuenta que hay países y economías que tienen el potencial de crecimiento muy limitado. No tiene sentido hablar de un superciclo de las materias primas con un precio del barril del petróleo por encima de 100 dólares sino se tiene una sensación de crecimiento económico. Estos confinamientos que estamos empezando a ver en Europa, que ya son una realidad en Austria y quizá también veamos más medidas restrictivas en Alemania y Holanda van en contra de las expectativas de la demanda de petróleo. Estábamos ya con un tono muy alcista, sobrepasando de largo los 100 millones de barriles diarios y quizá nos tengamos que mover en un escenario más acomodado. Lejos de intentar dibujar escenarios de muy corto plazo hay que tener en cuenta cómo han evolucionado las diferentes materias primas, en el año el carbón ha tenido un movimiento de ida y vuelta, lo mismo está pasando con el petróleo que desde el verano ha entrado en una fase muy lateral que limita esa visión y en el cobre también hemos visto esa fase lateral. El precio de las materias primas nos deja ver que están supeditando su comportamiento al crecimiento económico. 

- La volatilidad ha vuelto a los mercados, de eso no hay duda, tanto de acciones como de bonos. Otra vez vuelven las previsiones más optimistas sobre Europa por valoración frente a EEUU. ¿Dónde crees que se puede encontrar más valor en este momento? ¿En qué compañías? 

Cuando la volatilidad aparece desordena un poco las cosas y las estrategias ya no parecen claras. En EEUU dado que tienen un ciclo más avanzado y en el que tiene más sentido el movimiento al alza de tipos de interés nos lleva a tener un peso mayor en las carteras en renta variable de este país, en Europa es cierto que las valoraciones son más atractivas, podríamos decir que en Europa hay valor y mucho, pero es un mercado que está muy limitado a lo que ocurra a nivel global, es decir, a la economía de EEUU y los mercados emergentes con China a la cabeza. Si pensamos que EEUU va a dejar de tirar por términos de valoración y porque el ciclo pueda mostrar un sobrecalentamiento y porque China se desacelere es difícil pensar que Europa lo vaya a hacer necesariamente mejor y que tenga un comportamiento positivo. Pensamos que en Europa siendo muy selectivos y trabajando muy bien en los fundamentales de las compañías se puede y se debe conseguir valor. Sin embargo, es momento de mantener la cautela, mantener la cartera con una posición equilibrada, donde vuelve a tener sentido apostar por disponer de liquidez y también disponer de oro físico y no tanto exposición a compañías mineras por una eventual devaluación del dólar estadounidense. Pensando que la renta fija tiene aún un potencial muy limitado, creemos que elevar peso en renta variable tampoco tiene sentido da igual que sea de EEUU o de Europa.