De hecho, son estos dos factores los que pueden marcar el devenir de la renta variable europea en el primer trimestre. Si tuviéramos que coger una, nos parece que el BCE tiene más ponderación que las elecciones de Grecia, que podrían aplazarse hasta marzo.

Sabemos que habrá mucha volatilidad en el año y “pensamos que cualquier cosa en la reunión del BCE que se sitúe la QE por encima de los 500 billones, tendría que provocar una subida de los mercados. De la misma manera, en las elecciones griegas, los más afectados serán los periféricos como Alemania o Francia, que aguantarían más las embestidas”.

Los niveles de referencia del crudo se han batido todos. Es cierto que intentar adivinar el precio ahora es peligroso y más a día de hoy, con otras materias primas cayendo a ritmo del 5%. Es una quimera hacer previsiones sobre materias primas.

No nos gustan sectores relacionados con petróleo, lo que es cierto es que venderlas aquí probablemente sea malvenderlas por lo que esperaremos un rebote técnico para reducir y mirar a otros sectores.

En EEEUU ha comenzado la etapa de resultados empresariales y en Europa tendría que verse reflejada la evolución de la divisa. El año pasado ya se colocó entre 1.25-1.30 euros y por eso tendrían que ser las empresas exportadoras las que tendrían que dar la sorpresa positiva.

Hay que estar en sectores ligados a la exportación y tomar decisiones una vez sabida la resolución de los dos hechos que marcarán el devenir del primer trimestre. Una vez sepamos cómo actúa el BCE o las posibles alianzas de los partidos en Grecia, podríamos mirar otros sectores como el financiero, que continúa barato.