Esta semana hemos visto la encuesta de gestores de fondos y habla de que han incrementado sus  niveles de liquidez  a máximos de 18 meses, por la situación macroeconómica. ¿Les preocupa a ustedes la situación  a nivel global?

Decir que no sería no querer ver la realidad. En lo que va de año la rentabilidad de la inmensa mayoría de la clase de activos ha sido decepcionante a pesar de que a nivel global estamos creciendo a una tasa del 4%. El aumento de riesgos es la explicación, tal vez, para esta evolución y tal vez empaña los pronósticos de cara al futuro.

Voy a volver a un escenario central sobre el que hemos trabajado este año desde ODDO BHF y que no ha cambiado mucho. Es un escenario de crecimiento global sólido, que favorece la inversión en activos de riesgo, en renta variable, en crédito con preferencia por el high yield… la diferencia es que a principio de año le dábamos una probabilidad del 80% y ahora le damos un 60%. Hemos aumentado el porcentaje de probabilidad de otros escenarios menos positivos. Lo que ha cambiado es la cercanía de la Guerra Comercial, el aumento del nacionalismo tras las elecciones en Italia o la normalización de las políticas monetarias de los bancos centrales, por citar algunos de los riesgos que tal vez expliquen este cambio de visión.

Este verano hemos tenido algunas turbulencias en los índices y, sin embargo, la guerra comercial es uno de los factores que se mantiene en el horizonte y uno de los que podría desestabilizar a los mercados. ¿Qué probabilidad calcula de que se mantenga en el tiempo y  tener un impacto mayor en la economía?

La realidad es que los aranceles de unos 110 mil millones de dólares americanos impuestos hasta este momento, no son especialmente dañinos a la economía hasta el día de hoy. Es la propia discusión sobre la validez de los tratados lo que nos preocupa mucho más y puede impactar en el crecimiento.

En el caso de China se ha desviado de su objetivo de desapalancamiento para reactivar su economía vía crédito. Países emergentes se han visto muy perjudicados por el libre comercio, especialmente los más débiles. Afectados por un lado por la desaceleración china, un dólar muy fuerte y un precio del petróleo más caro.

La lógica nos haría decir que no se alargará en el tiempo, pero ¿Qué es lógico? Si se prolonga en el tiempo sin duda va afectar al crecimiento.

¿Cuáles son los activos que ven más atractivos en estos momentos?

Seguimos favoreciendo los activos de riesgo, en concreto la renta variable tanto americanacomo europea;  el crédito europeo con preferencia por el high yield e inversiones alternativas como el private equity. No nos gustan nada los bonos soberanos.

Nos gustan las estrategias flexibles y que nos permitan utilizar coberturas, por ese aumento de escenarios menos favorables.

¿Cree que las compañías seguirán creciendo al ritmo al que lo han hecho hasta ahora o cabe pensar en una “desaceleración” de sus beneficios?

No todo es negativo. La parte más positiva para nosotros es precisamente las compañías. Nos reunimos con ellas y estamos viendo como están capeando este entorno con total normalidad. De hecho los beneficios están aumentando entre el 10% o 25% depende del área geográfica. En EEUU un aumento del 25% en 2018 y una subida de Bolsa del 10%... bueno, todavía queda potencial.

Y en Europa empezamos ver un goteo de analistas hablando de revisiones al alza para el año 2019, con lo cual hay esperanza.

Estamos a punto de iniciar el último trimestre del año, ¿dónde están puestas sus recomendaciones?

La primera, estar en renta variable y, por mojarme un poquito más, en EEUU el sector tecnológico. Ha corrido mucho pero con una rentabilidad del flujo libre de caja del 6,5% frente al 4,5% que tiene el Eurostoxx 600 que es atractivo. Y los factores de crecimiento siguen estando incluso con más fuerza. Inteligencia artificial, e-comerce… Hay muchos factores que pueden justificar estas valoraciones.

En Europa, una apuesta nicho es el sector inmobiliario a través de empresas cotizadas que ofrece dividendo y crecimiento, que la rentabilidad de los activos es de un 4,8% frente al 4% de la inversión directa, con lo cual es menos caro que la inversión directa.

En la parte de renta fija hemos vuelto ahora al high yield por la normalización de la volatilidad y por el ensanchamiento de diferenciales de los últimos meses. Algo que hace de determinados segmentos del high yield, como puede ser la calificación crediticia single B bastante atractivos. Eso sí, nos gustan estrategias de retorno absoluto y duraciones muy muy bajas; o estrategias con vencimiento fijo que nos den mayor visibilidad.