Yago Arbeloa, presidente de Mio Group, comienza explicando su entrada en el mundo del marketing desde un ámbito inicialmente técnico. Su primer contacto profesional fue en el sector del hosting, hace más de veinte años, donde descubrió las posibilidades de captación de clientes a través de la publicidad digital, especialmente con Google, lo que despertó su interés por el marketing digital, que acabaría convirtiéndose en el núcleo de su actividad.
A partir de ahí, fundó Mio Group en 2012 con la idea de “intentar dar una solución 360 a la cadena de valor de marketing y ventas”. El modelo se basaba en integrar especialistas a lo largo de toda la cadena, desde la estrategia hasta la alta consultoría, para evitar la fragmentación habitual que existía entre múltiples proveedores. Según explica, “los clientes querían un talento especialista, pero sin renunciar a la capacidad de generar sinergias entre los distintos canales”.
Esta integración ha sido clave para Mio Group: ofrecen a sus clientes un único interlocutor, una única factura y una visión unificada, frente al modelo de grandes grupos publicitarios y consultoras que suelen mantener múltiples silos internos: “Ahí vuelves a perder otra vez la capacidad de generar la sinergia”.
Para él, “el talento, cuando se junta con otro talento, crece exponencialmente”. Yago defiende una cultura de formación transversal: “Tienes una especialización pero voy a darte otra por el camino para ayudarte a crecer”. Valora el paso de perfiles entre distintas funciones como una vía de desarrollo personal y profesional. Según explica, “cuando está especializada en una sola cosa, al final acaba quemándose”. Por ello, promueve una carrera “multidisciplinar” y flexible dentro del grupo.
Su vinculación con el ecosistema emprendedor se remonta a entre 2007 y 2009, cuando fundó una asociación de inversores y emprendedores. Actualmente, busca “hacer confluir distintos ecosistemas de startups con el mundo más industrial, tradicional, político o deportivo”. De hecho, uno de sus mayores aciertos recientes fue la compra de una compañía de inteligencia artificial generativa, nacida como startup y que hoy transforma tanto a Mio Group como a sus clientes. Mio Group aplica IA generativa en numerosos procesos: desde la creación automática de piezas publicitarias hasta contenidos para SEO, sustituyendo el trabajo manual inicial y manteniendo siempre un componente humano para la personalización.
Sobre el futuro del grupo en bolsa, reconoce que Mio cotiza con baja liquidez y eso amplifica los efectos del mercado. Están centrados ahora en consolidar su crecimiento y trabajar las sinergias operacionales. Aún ve recorrido en el BME Growth, pero el futuro dependerá de si logran cumplir sus objetivos estratégicos.
Admite que las valoraciones actuales en el sector de la inteligencia artificial son impresionantes, pero también señala que Mio es una empresa de servicios, no de producto, y no compite con compañías como OpenAI. Aun así, considera que pueden jugar un papel clave gracias a su especialización: “Somos el partner con más casos de uso en el mercado en el área de la inteligencia artificial generativa”.
Aunque sus clientes son grandes empresas, reconoce que las pymes también están adoptando la IA rápidamente, sobre todo en tareas que antes requerían asesoramiento legal, fiscal o de negocio. “No veo otra forma que una pyme ahora mismo no esté consultando ya tanto a un abogado como a ChatGPT”.

