Kessler habla de su experiencia y comenta que tuvo “dejé los trabajos en donde estaba y aposté por una empresa de asesoramiento financiero, originalmente con KAFondos, como una marca que desarrolla el asesoramiento en fondos de inversión, pero con la intención de desarrollarlo en la estructura del asesoramiento genérico, desde el punto de vista financiero en materia de inversión, y desde el punto de vista de estructuración de capita”. Así pues, “cuando se desarrolló la normativa, presenté mi expediente”.

Su sistema de trabajo se basa en “el estudio del perfil de riesgo del cliente, al que asigno una cartera de inversión adecuada y le sigo en el tiempo, lo que implica un contrato que hay que registrar y unas recomendaciones que también hay que guardar”. Además, el experto cuenta que “estudio mucho, pues mi función es seguir los mercados y la situación macroeconómica para ayudar al cliente”.

Para Javier Kessler, el valor añadido de las EAFIs es “rotundo: aconsejamos al cliente productos de acuerdo a sus objetivos de inversión y su asunción de riesgos (…) sin compromisos con bancos ni intermediarios, puesto que mi cuenta de resultados depende del cliente y lo que me paga, pues todos los beneficios que tenga mi cliente redundan en mi remuneración”.

Como presidente de ASEAFI, Javier Kessler comenta que “es una organización de EAFIs registradas en la CNMV, en la que ayudamos a desarrollar las normativas correspondientes y también a que nuestras empresas funcionen conforme a lo que diga la legislación pues qué mejor que nosotros, que sufrimos los inconvenientes del día a día, para tener una interlocución con la CNMV”. “Hemos desarrollado en un mes una asociación ya que todos los miembros están aportando argumentos e ideas de calidad, lo que va a permitir consolidar nuestra asociación y las empresas del sector financiero”, además, afirma que “las reuniones con la CNMV han sido muy fructíferas”.

Para que el proceso de aprobación por parte de la CNMV sea mucho más rápido, Kessler recomienda que “el expediente tenga una claridad de ideas y una estructura bien definida donde se exponga claramente cómo se va a estructurar una empresa de asesoramiento financiero, dónde están los conflictos de interés y cómo se van a eliminar”. Y, para todos aquellos que mantengan prácticas antiguas en el asesoramiento financiero, aconseja “que lo cambien porque ya no están admitidas y es luchar contra un muro. Hay que adecuar la actitud, la estructura y el planteamiento a la normativa”.