-Ustedes consideran que hay valor en el crédito global de alta calidad. ¿Qué aporta a una cartera?

Mario González Pérez: Partimos de la premisa que la renta fija tiene que ser parte fundamental de cualquier cartera de inversión. El peso que tengamos en renta fija depende de varios factores incluido el riesgo de cada uno de los inversores y de los objetivos de inversión. La renta fija cumple un papel fundamental en cualquier cartera y nosotros destacamos cuatro objetivos.

El primero es la diversificación de renta variable. No podemos tener toda la cartera en renta variable por razones obvias. La segunda tarea es la protección de capital; hemos visto que cada vez que cae el mercado de renta variable, también cae el capital. Además este año, mientras los mercados de renta variable caían a doble dígito, el mercado de renta fija estaba plano o cayendo con menos magnitud. 

El tercer papel es la protección de inflación. A día de hoy no tenemos inflación ya que la renta fija nos protege ante estos potenciales picos de inflación que pueda venir en el futuro.

Por último, la generación de rentas. Todos los inversores y el entorno en el que estamos entrando necesitan esas rentas más recurrentes de la parte financiera. La renta fija es fundamental y aquí es cierto que la renta fija crédito de grado de inversión es un área que nos gusta mucho. Pensamos que aporta mucho, porque estamos invirtiendo en la parte de calidad, es un universo muy diversificado donde existen muchas oportunidades y donde pensamos que podemos tener rentabilidades ajustadas al riesgo muy atractivas. Por lo tanto, apostamos por la renta fija de alta calidad.

-¿Para qué tipo de inversor está indicado este activo?

Álvaro Fernández de Arrieta:  Para todos. En línea con lo que decía Mario, un inversor tendrá que tener más en este tipo de renta fija corporativa cuanto menor riesgo quiera o pueda asumir en función de su perfil o el plazo. Es un activo muy amplio, hablamos de más de 13.000 emisiones de más de 2.000 emisores, por lo que hay muchas oportunidades en las que encontrar rentabilidad.

Es importante la gestión activa. En la parte de renta fija hay que tener en cuenta la selección y la gestión. A día de hoy en gobiernos desarrollados hay poca rentabilidad. Si hablamos de Alemania o Francia y nos vamos a bonos de diez años estamos hablando de negativo y si tenemos en cuenta España o Italia con rentabilidades exiguas y si miramos EE.UU. tendríamos que incurrir en el efecto divisa. Todo ello lleva a que los inversores construyan la parte central de las carteras de renta fija con grado de inversión.


-Ustedes son gestores activos, ¿qué características buscan en estas emisiones?

M.G.P: Este año hemos visto lo complicado que puede ser invertir en renta fija a través de vehículos pasivos. Estamos en un entorno con muchísima deuda, donde los fundamentales son muy diferentes y donde hay que ser muy selectivos para evitar trampas de valor y poder llegar a esas rentabilidades con unos riesgos ajustados. Las tasas de impago están creciendo y se está recalificando muchísima deuda. Lo que buscamos con estas emisiones es fundamentales y calidad. En Capital Group disponemos de un grupo de inversión global muy grande con muchísimos analistas y gestores y lo que hacemos es estudiar bono a bono, compañía a compañía todas estas oportunidades. 

-¿Dónde está encontrando su gestora más oportunidades a nivel geográfico?

A.F de A.: Nuestra manera de invertir no es a nivel geográfico. Lo que hay hacer es analizar las compañías, los emisores y encontrar bono a bono las oportunidades independientemente de donde emitan. Podemos encontrar compañías y buenas emisiones en las diferentes áreas geográficas y no empezando al revés. Nuestro fondo de renta fija corporativa global es un buen ejemplo. Se llama Corporate Bond, un fondo con casi 9 años de historia con un 5,6% anualizado. De esos 9 años, solo dos han sido negativos. Por eso es primer cuartil de su categoría, además este año está en renta variable cercana al 10% en dólares. Es un fondo que invierte solo en renta fija con grado de inversión, sin dopajes en la cartera y sin añadir riesgos para buscar un extra de rentabilidad. 

Lo que hay que hacer es no invertir a nivel geográfico, volver a pensar en la gestión activa, bono a bono, no dirigir la cartera por macro u opciones binarias que pueden salir bien o mal, sino construir la cartera desde abajo. Esto nos lleva a tener un mayor sesgo a emisiones de compañías americanas. Aproximadamente el 60% está en este tipo de emisiones. Bono a bono y así es como llegamos a nuestra composición geográfica.

-¿Y a nivel sectorial?

M.G.P.: No tenemos visión sectorial del mismo modo que no tenemos visión geográfica. Si utilizamos el fondo global de crédito de alta calidad estamos un poco sobreponderados en la parte industrial de la cartera, sobre todo en energía, tecnología y eléctricas. Estamos infraponderados en el sector financiero y, especialmente, en los bancos. Pero, al ser bono a bono, no tenemos per se una visión sectorial muy marcada. Dentro de la curva, estamos sobreponderados en la parte media, de 3 a 6 y de 6 a 9 años, y más infraponderados en la parte corta y larga de la curva. 


-¿Qué riesgo se asume cuando hablamos de emisiones de alta calidad?

A.F de A.: Hay que entender el riesgo como volatilidad. Esto es la fluctuación de la cartera día a día. No hablamos de perder dinero sino de necesitarlo en un momento donde la inversión vale menos. Ya no existe la rentabilidad lineal en la que todos los días sube un poco. La renta fija es la parte menos volátil de la cartera, por lo que en los momentos donde la inversión vale menos, en este tipo de activos es menos volátil.

Hay que tener en cuenta que las inversiones históricas de tipos de gobiernos del 4 y el 5%, donde se compraban bonos del gobierno y eso te iba generando todos los años, a día de hoy no existe y hay que asumir algo de riesgo en las carteras para obtener más rentabilidad. Pero hay que entender el riesgo como pequeños picos en los que la cartera valga menos pero simplemente por valoración. El riesgo está en prestar dinero a una empresa y que esta quiebre.

El segmento del que hablamos, la renta fija corporativa con grado de inversión, la tasa de impago está por debajo del 1%. Esto nos da la medida del poco riesgo que existe en este segmento.

-¿No es un mercado muy distorsionado por la labor de los bancos centrales? ¿Qué rentabilidad se puede esperar?

M.G.P.: Hay que recordar el papel de la liquidez, del estímulo que inyectaron los bancos a principio de año cuando vimos esas grandes caídas, que supuso un factor muy positivo. Llegó para arreglar una situación de liquidez muy grave que teníamos en las primeras semanas de caídas en los mercados. Esto funciona como una red de seguridad, como algo muy positivo y necesario. Los bancos centrales reaccionaron a tiempo. Pero es cierto que tiene efectos colaterales. Estamos viendo compañías que están emitiendo deuda a unas condiciones que, quizá en otro estilo de mercado, no hubiesen podido acceder a esos mercados de deuda. 

Hay que ser muy selectivos, invertir en compañías con fundamentales de calidad y que pensamos que después del covid van a sobrevivir como un negocio sólido. El mensaje que queremos dar es que la renta fija cumple un papel fundamental en todas las carteras en todo momento. Tenemos que ajustar nuestras expectativas de rentabilidad. Estamos muy mal acostumbrados en los últimos 10 años a tener fondos de renta fija que se comportaban como renta variable, que nos daban rentabilidades muy altas. Ese mundo ha acabado, era muy anormal y artificial. Ahora tenemos que volver a las expectativas de rentabilidad de riesgo y al rol clásico de renta fija dentro de la cartera. Hay que invertir en fondos puros de renta fija y fondos de renta fija que se comporten como tal.