¿Sigue habiendo oportunidades de inversión?
Creemos que sí. La verdad que como todos sabemos 2018 ha sido un año casi para olvidar. Este comienzo de año, un poquito más positivo parece que ha ayudado a animar al inversor, o al menos devolver la confianza a ese inversor que tal vez en el último trimestre del año le costó mucho mantener la confianza en su asesor y en sus inversiones. 2018 fue un año nefasto en términos de rentabilidad. Con las principales clases de activos arrojando rentabilidades negativas. En diciembre pasado hicimos un pequeño análisis mirando hacia atrás, a ver si alguna vez ha pasado lo que pasó en 2018. Miramos a 30 años 10 categorías de activos principales, deuda gubernamental americana y europea, crédito americano y europeo, SP&500, MSCI World, Euro Stoxx 50, MSCI Emerging Markets, oro y materias primas. Desde 1989 en ningún solo año todas ellas tuvieron rentabilidades negativas, solo en 2018. Es un año especialmente malo. En estos 30 años hemos tenido años muy curiosos y muy difíciles. No nos podemos olvidar de 2008. En la gran crisis hubo categoría de activos que se salvaron. En la crisis de las puntocom en el 2000 hubo seis categorías de activos que se salvaron. En 2018 no se salvó ninguna clase de activo. Con lo cual, un año para olvidar. ¿Qué es lo que pasó o cuáles son las cusas que pueden explicar ese comportamiento tan nefasto? Se nos ocurren tres: la guerra comercial entre EEUU y China, tal vez sea la principal razón que vino a amenazar y a alterar el modelo de crecimiento basado en el libre mercado. Fue una seria amenazada. Por otro lado, el deterioro continuo, según iba avanzando el año, de los indicadores de confianza, los PMIs. Por último, la política monetaria más restrictiva de los principales bancos centrales que hizo temer que tal vez nos estábamos enfrentando a una recesión. Estas tres casusas creo que han impactado en el sentimiento inversor y ha provocado el sell off, la venta masiva que vivimos en el último trimestre del año pasado.
Sin embargo, estas tres cosas continúan aunque quizá no de la misma manera ¿Ha descontado el mercado el miedo? ¿Podría ser 2019 mejor incluso de lo que pensábamos?
Realmente es lo que creemos porque vemos que todos esos factores que sin duda hay que tenerlos en cuenta y que pueden amenazar en cierta manera el crecimiento que tenemos, se han descontado de una manera muy severa. Creo que este mes de enero puede devolver esa confianza a mirar a los fundamentales, a los datos reales, y no descontar tanto esos miedos en el aire, que sin duda, vana s seguir ahí. Vamos a tener que monitorearlos este año también. Nosotros creemos que lo peor pasó. Que 2018 fue tan malo que en 2019 hay razones para ser optimistas. ¿Qué razones? El crecimiento. Es cierto que el año pasado vimos una desaceleración a nivel global pero no podemos hablar de recesión. Es cierto que los PMIS han descendido pero se sitúan por encima del umbral de 50, niveles por encima de dicho nivel indican que una economía está en expansión. Los datos de desempleo en EEUU y en Europa siguen siendo muy buenos, los niveles de precio de las materias primas están bastante estables, lo que no nos permite hablar de ese escenario de recesión que el mercado ha descontado. Otro de los temores siempre es China. Sin duda ha habido una desaceleración en China pero un arma que tiene el gobierno en China es que tiene margen de maniobra, tiene medidas para incentivar la economía y el crecimiento, vía políticas monetaria o políticas fiscales. Solo las políticas fiscales podrían implicar entre 0,5 y un 1% del PIB de estímulo. Con lo cual, China hay que monitorizarlo pero tiene margen de maniobra, a diferencia de países desarrollados.
Poco margen de maniobra aquí en Europa y la Fed ahí anda, veremos qué mensaje lanza este año.
Nosotros creemos, y el consenso, que no prevemos muchas subidas por parte de la Fed, si acaso una el año que viene. Los datos de inflación no les lleva a ninguno de los principales bancos centrales a tener que subir tipos. La Fed a día de hoy no tiene presión para subiré esos tipos. Va a seguir muy de cerca los datos macro para no descarrilar ese crecimiento que todavía existe. El Banco Central Europeo va siempre a la zaga de la Fed. Acaba de terminar su programa de expansión cuantitativa. No prevemos que toque su política monetaria este año y hasta bien adentrado el próximo. Con lo cual, los bancos centrales, somos de la opinión, que van a cuidar mucho, van a ser muy prudentes en sus medidas.
Con todo este escenario, ¿cuál tiene que ser la estrategia? ¿Tiene que haber un cambio de estrategia? ¿Dónde hay rentabilidad?
En cierta manera sí que ha habido ciertos cambios. Hay activos muy castigados que si los fundamentales no han empeorado tanto como el castigo que les ha dado el mercado se presentan como oportunidades. Los riesgos son ahora más cercanos de lo que lo eran todo el año pasado, con lo cual, la estrategia de inversión tiene que ser más cautelosa pero esto no quiere decir no estar invertidos en activos e riesgo porque hay oportunidades. Vemos oportunidades en bolsa de la zona euro. Se ha hablado mucho de que la zona euro está en recesión. Ha habido desaceleración pero aun así está creciendo o se prevé que crezca este año un 1,6%. Crecimiento estabilizado en torno a su potencial. Pero hay valores que han sufrido un castigo tan severo que a día de hoy nos presentan valoraciones realmente atractivas. Por ejemplo, el sector de componentes de partes de automóviles. Es un sector severamente castigados, englobado dentro de autos, que creemos que hay nombres, compañías, en las que siendo selectivos, se puede obtener muy buenas oportunidades. Otra oportunidad que empezamos a ver, un poco con esa perspectiva de ser más cauteloso, pensando en el inversor más prudente que quiere participar en la bolsa pero quizá no está tan convencido, tiene mucho miedo a que se dé la vuelta, tal vez, por primera vez en mucho tiempo, los bonos convertibles sean una apuesta. De tal manera que puedan participar en esas subidas de los mercados bursátiles y que tengan la protección del suelo del bono ante una bajada de la bolsa. Otro activo que se nos presenta muy atractivo a día de hoy son los bonos high yield de duración corta. El año pasado y especialmente el último trimestre sufrió una ampliación de diferenciales tremenda. Siendo muy selectivos se pueden encontrar bonos que paguen unas tires bastante elevadas y con un nivel de seguridad suficiente.
En el caso del high yield, ¿podemos acortar algo más?
High yiel europeo y preferencia por high yield de duración corta, bonos con menos de cuatro años para su vencimiento efectivo y buscando calidad, no yéndonos a rating más bajo de triple C para obtener unas rentabilidades aceptables que baten la de los tipos o las del depósito. Hay oportunidades y hay gestoras. En Oddo tenemos mucha experiencia gestionando esta categoría de activos. Somos capaces de hacer el análisis de crédito que hace falta en este entorno tan turbulento para escoger los ganadores, las compañías que con el crecimiento suficiente que hay en Europa van a poder seguir pagando sus títulos y que a día de hoy pagan unos cupones que hacen interesante asumir el riesgo por el valor que ofrecen
¿En 2019, después del batacazo, tras las rentabilidades negativas de 2018, va a volver a entrar en auge el valor de fijarse en compañía a compañía?
Tengo experiencia en ambos mundos. Creo que la gestión pasiva es bienvenida, es necesaria. Creo que en España por haber llegado tarde a la gestión pasiva hay una campaña brutal de que tiene que crecer sí o sí en base a un único argumento, que es el precio, fijándonos únicamente en la comisión de gestión de ese ETF, que es mucho más barata que la de un fondo de gestión activa. Pero cuando se habla de esa comisión no se tiene en cuenta los costes asociados para el inversor de comprar ese ETF, que son muy elevados y dependiendo del uso que se haga pueden hacerlo más caro que comprar un fondo activo. No tengo preferencia por ningún tipo de gestión. A día de hoy trabajo en una casa activa. Creo en el valor de la gestión activa. Los buenos gestores activos, no todos valen, hay que ser selectivos también seleccionando los gestores con los que invertimos. Creo en la gestión activa, pero la gestión pasiva es bienvenida y necesaria posiblemente para muchos tipos e necesidades e inversiones.
En la parte del estilo value, nosotros como casa no nos gusta posicionarnos como growth o value. Nos centramos más en escoger buenas compañías que en el medio y largo plazo nos van a aportar valor, van a hacer ganar dinero. Invertimos en los buenos negocios. ¿Queremos pagar mucho precio por ello? No. Nos gusta comprar esas buenas compañías al mejor precio posible. Y en eso ponemos nuestra atención. 2019 va a ser un año de ser selectivos, con lo cual sí es un año más para gestión activa, para seleccionar esos buenos negocios. Si el estilo es growth o value depende de la etiqueta que le queramos poner.
Compañías que han tenido en bolsa unos batacazos importantes pueden suponer auténticas joyas.
Si es una joya y el negocio no te gusta no la compraría. Compraría un buen negocio que me gusta, con posibilidades de crecimiento que está muy descontado. Como el sector partes de autos. Ahí hay verdaderas joyas que están especialmente castigadas pero que tienen modelos de negocio. Compañías operando a nivel global, diversificado su negocio internacionalmente que son auténticos líderes en sector relativamente concentrado, que generan caja, que tiene alto retorno sobre el capital. Ese tipo de negocio nos gusta. Si están a descuentos es una oportunidad para comprarla.