Si la renta variable estadounidense termina el año sin muchos cambios, habrá sido otro ejercicio de éxito para los inversores que apostaron por índices como el S&P 500. ¿Cree que esta tendencia es sostenible?

El mercado está dando ciertos signos de exuberancia. Los inversores están pasando por alto algunos sectores como el sanitario, el consumo básico e incluso el consumo discrecional que se están normalizando después de un perdido tan raro con el Covid. En los últimos meses lo que hemos visto es que hay un riesgo considerable de favorecer a las empresas con hipercrecimiento, e incluso a empresas de hipercrecimiento con baja calidad, y a la vez estamos en un terreno inflacionista. Sin embargo, creemos que estos valores de hipercrecimiento pueden mantener las elevadas expectativas durante más tiempo, sobre todo porque muchos de los matices que tienen no los vemos nada positivos.

Aunque hace apenas unos meses parecía que hablar de que la subida de la inflación podría convertirse en algo preocupante, lo cierto es que lo parece. ¿Cuál es la visión de su firma?

Los que nos dedicamos a esto nos gusta hacer paralelismos en el mercado, y se han hecho paralelismos por ejemplo con la situación del año 2000-2001 e incluso con la de 2008-2009, pero lo cierto es que hasta ahora no habíamos visto nada parecido, y es fruto de la situación generada por la pandemia. Como resultado de todo esto, el mercado se ha divido prácticamente en dos, los que dicen que la inflación es algo transitorio y los que dicen que ha venido para quedarse. Nosotros no nos atrevemos a posicionarnos ni a un lado ni a otro, y creemos que lo que hay que hacer es monitorizar las variables que estamos viviendo y reaccionar lo más rápido posible a los diferentes cambios porque no hay nada parecido a lo que se ha vivido antes por lo que es muy difícil hacer proyecciones. La Fed, que ha sido bastante criticada, creemos que ha reaccionado bastante bien, lo que ha hecho ha sido una gestión de la situación en la que estaba y tratar de recuperar la situación del año 2019, pero lógicamente una caída y una recuperación tan abrupta como la que hemos tenido lleva unos colaterales, y seguramente eso es lo que le critica el mercado, pero creemos que ha hecho un buen trabajo. Como telón de fondo creemos que sigue habiendo una corriente deflacionista, en el momento en que todo este efecto de post-cierre pase creemos que podemos volver a ver efectos deflacionistas, porque los crecimientos que había antes de todo el cierre por el Covid eran realmente exiguos y los crecimientos sobre todo en las zonas desarrolladas van a ser iguales que los que teníamos antes.

Y en este escenario, ¿existen oportunidades para los inversores?

Oportunidades, en todo tipo de escenarios. Lo que que hay que analizar es el escenario que estás viviendo y cómo se puede favorecer. Creemos que hay que evitar compañías de gran intensidad de mano de obra porque la inflación que estamos viviendo puede llegar a trasladarse a salarios y ser propensas a un aumento de costes y un recorte de beneficios. Por eso creemos que las empresas con poder de fijación de precios son las que van a poder navegar con los vientos en contra de la inflación.

¿Ve riesgos en el mercado estadounidense en estos momentos?

Los riesgos que vemos ahora mismo en el mercado de EEUU es el gran impulso y la baja calidad de algunas de las compañías que están subiendo. Todo esto se basa en que han tenido unos números en cuanto a crecimiento muy fuertes pero con cifras subyacentes bastante débiles, como es el bajo crecimiento de capital invertido, baja rentabilidad y alto apalancamiento. El mercado está extrapolando que esta capacidad que han tenido estas empresas para generar crecimiento de dos dígitos se puede extrapolar a los próximos 5 años y que esta extrapolación haga que se recuperen los doble dígitos en cuanto a rentabilidad, capital invertido... eso es lo que va a haber que observar. Y sinceramente nosotros creemos que las empresas están agotadas en muchos casos en cuanto a la capacidad tan fuerte de crecimiento que han exhibido en los últimos tiempos. 

¿En  qué sectores convendría fijarse en este contexto?

Nosotros nos hemos fijado en sectores que en un momento dado puedan hacer frente a una situación inflacionista. El primero sería por ejemplo consumo básico; es verdad que consumo básico en una situación de inflación es el primero que sufre, pero aunque al principio lo pasan peor finalmente este tipo de empresas son capaces de repercutir el precio en el cliente final y el cliente final puede llegar a detraer el gasto de otro tipo de bienes. Otras empresas que nos gustan son las sanitarias, que han estado muy castigadas con el Covid (los hospitales se han centrado en enfermos de Covid y se han paralizado otro tipo de intervenciones, por ejemplo, operaciones de ojos); todo esto se está reactivando y los beneficios de estas empresas pueden ser saludables. Y también nos gustan algún tipo de empresas de consumo discrecional que se acerca casi mas al consumo básico; por ejemplo en EEUU nos gusta mucho Ross Store, una cadena que se centra casi en un mercado casi de ofertas, ya que pensamos que este tipo de compañía van a volver a resurgir con fuerza cuando pase todo el tema del Covid.

¿Cree que los inversores deben seguir esperando estas rentabilidades tan elevadas en los próximos ejercicios?

El inversor de renta variable siempre esperaba unos beneficios en torno a un sólo dígito medio y en las épocas buenas, medio-alto (entre 5 y 7%). Los beneficios que se han dado en bolsa en los últimos años han sido de doble dígito y por desgracia nos hemos acostumbrado a eso. Creemos que mantener los crecimientos de doble dígito en las diferentes bolsas es bastante complicado y nos deberíamos acostumbrar a lo que ha sido más tradicional que es ese crecimiento más fuerte por parte de las bolsas, asumiendo lógicamente un riesgo mayor, pero sin tener que anclarnos al pensamiento de que tiene que estar en el doble dígito y debemos pensar en un rendimientos de un dígito en el rango medio o medio-alto.