•    Lanzaron el fondo Candriam Equities L Oncology Impact en 2019. Tres años después, ¿qué balance hacen?
El balance ha sido muy positivo. Cuando lanzamos la estrategia teníamos tres objetivos claros que queríamos cumplir: tener altas rentabilidades para nuestros clientes; que nuestros clientes tuvieran la posibilidad de canalizar sus capitales hacia aquellas inversores con las que empatizaran o aquellas necesidades sociales a la que querían contribuir – el fondo a día de hoy tiene 2.400 millones – y poder contribuir a aquellas asociaciones que están luchando por ayudar e investigar en oncología. 

•    ¿Qué perspectivas tienen de cara a los próximos años en la lucha contra el cáncer? ¿Cree que la lucha contra el Covid-19 ha frenado las investigaciones oncológicas? 
Las perspectivas son muy positivas. En los últimos años los datos que estamos viendo, sobre todo en inmunooncología, que son muy prometedores. En ests sentido, hay que recordar que de todos los medicamentos uqe han salido en los últimos años, hemos invertido en compañías a las que se han aprobado el 70% de sus medicamentos. Eso nos hace creer que vamos por el camino correcto pero sin olvidar que es un camino muy largo, porque el cáncer son más de 100 enfermedades con lo que no hay una sola solución. Por eso hay que buscar aquellas compañías que están encontrando soluciones para dar esos pasos hasta llegar al final del problema. 

•    Es un fondo de impacto, artículo 9, que invierte en cotizadas que desarrollan y/o venden productos y servicios para el tratamiento del cáncer. ¿Qué deben tener estas compañías para estar en el fondo?
Invertimos en compañías cotizadas con una capitalización mínima de 100 millones a nivel global. Buscamos que estas compañías tengan un tratamiento – tecnología que aporte una solución que a día de hoy no está resuelta. A términos de prácticos es un fondo con un enfoque más fuerte hacia EEUU, donde el 50% de la cartera está expuesta a la región – un 30% está en Europa y el resto estaría en Asia, fundamentalmente Japón. Por capitalización invertiremos en todo tipo de compañías aunque en la actualidad tiene un 60% de compañías de gran capitalización, un 10% en compañías medianas y el resto en compañías pequeñas. Al final tenemos una cartera con 65 compañías muy optimizada teniendo en cuenta los riesgos que asumimos en cada una de ellas. 

•    Es un fondo de impacto social, ligado al sector salud… Justo lo que mejor ha funcionado desde que empezó la pandemia por rentabilidad. ¿2022 va a ser de correcciones?
Cuando empezó la pandemia, el sector salud se comportó muy bien pero a medida que fue evolucionando, las compañías de estos sectores se comportaron de forma diferente. En este sentido vimos que las compañías que habían descubierto la vacuna de forma temprana o aquella que se dedicaban a análisis clínicos (test, probetas…) corrieron mucho pero eso no ha sido así en todo el sector. En 2021 han sido otros sectores lo que han subido mucho como el energético y otros que habían sido castigados el año previo. Para 2022 el fondo está muy bien posicionado, será un año muy positivo aunque tendremos volatilidad en toda la renta variable y, aunque las compañías en cartera sean más defensivas, también se verán afectadas. La volatilidad llegará por temas obvios – inflación que hará que haya una política financiera menos acomodaticia, aumento de las presiones geopolíticas, cuellos de botella… -  pero sin olvidar que las compañías en cartera tienen alto valor añadido donde el producto o los medicamentos que venden no dependen tanto del crecimiento de la economía sino de necesidades del individuo. Por otro lado, tienen una alta capacidad de fijación de precios y esa inflación que vemos la absorben más fácilmente. 

•    En el caso de España, aportan un 10% de la comisión de gestión a la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). ¿Creen que esta fórmula se podría extender al resto de fondos?
Desde hace cuatro años, cuando lanzamos los fondos temáticos, intentamos tener doble impacto. Por un lado dar solución al inversor para dirigir sus inversiones a aquellos sectores con los que más empatiza y, además de tener rentabilidad esperada mayor que el mercado general , y por otro, somos conscientes de la necesidad de apoyar una parte filantrópica de forma que igual que hacemos con la estrategia de oncología, la estrategia  de economía circular dona a asociaciones que se dedican a coger ordenadores obsoletos de empresas y los formatean para dárselos a niños que no tienen recursos para comprarlos, o la estrategia de cambio climático que realiza acciones filantrópicas para replantar árboles o para potabilizar agua. Estas estrategias donan un 10% de su comisión neta para proyectos de inclusión social.