La calidad crediticia de la banca española se ve sólida a pesar del retroceso en las ganancias reportadas. Los ratios de solvencia se mantienen cómodamente por encima de los requisitos, lo que ofrece un mayor márgen de maniobra para distribución de capital y generará mayores retornos, lo que beneficiará a los inversores.

Los acreedores de los bancos españoles deberían ver una mejora en  la capacidad de generación de capital de los  bancos como una señal de fortaleza, incluso si los ratios de capital han alcanzado su punto máximo en este ciclo. A pesar de la disminución general de las ganancias netas  en los grandes grupos financieros, las cifras para el conjunto del año fueron sólidas,  mantenidas por las menores ganancias comerciales en las carteras de ALCO y cargos de reestructuración relacionados con la integración. En un contexto de mayores desafíos para los márgenes de intereses, los resultados mostraron un buen progreso en cuanto a comisiones, costes y calidad de los activos.

“Los pagos de dividendo estables o crecientes son el reflejo del optimismo del equipo directivo con respecto a las tendencias subyacentes de pérdidas y ganancias, así como la comodidad con respecto a las posiciones de capital”, dice Troiano. Los dividendos y las recompras de acciones rara vez son buenas noticias para los acreedores pero, al menos, indican que los supervisores se sienten cómodos con la estabilidad bancaria.  Vemos esto  como una fortaleza, no como una debilidad”.

El proceso de consolidación de la banca regional se está enfriando

Más allá de los beneficios, la creación de capital se mantendrá fuerte este año, a partir de elementos únicos como la venta de la aseguradora Caser. Los bancos nacionales se beneficiarán de los acuerdos de distribución de la aseguradora, ya que recibirán pagos por adelantado. Sin embargo, estos acuerdos podrían ser una “píldora venenosa” para la consolidación bancaria, ya que su resolución se sumaría a los costes de integración, desalentando a los interesados”.

Los bancos regionales por el momento se están enfriando, en cuanto al proceso de consolidación se refiere, tras una serie de intentos fallidos en 2019. A corto plazo, el incremento de los dividendos y  las recompras, junto con el deseo de los accionistas de mantener el control, probablemente contrarrestarán la presión del supervisor para que haya más acuerdos.

Aunque una estrategia de aislamiento regional puede ser efectiva a corto plazo, también es arriesgada. En un mercado consolidado, donde los competidores más grandes están aprovechando al máximo su escala para invertir en capacidad digital, los bancos regionales podrían perder su atractivo, advierte Troiano que continúa viendo “la  consolidación entre los bancos regionales o en jugadores más grandes, como el resultado más grande”.