A veces nos enfrascamos en justificar con mucha verborrea literaria determinadas cuestiones o comportamientos que en la vida real son muy fáciles de explicar. Los tiempos cambian cada vez más con una vertiginosa rapidez,  observamos la vida diaria y los engranajes que hacen girar el sistema económico financiero no son ajenos a estos rápidos movimientos. Por ello,  tratan de adaptarse algunos agentes lo más aceleradamente que pueden para no perder su posición y por ende su negocio, no se puede tener un negocio del siglo XXI, con sistemas anclados y pensados para XX
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La banca ocupa un papel preponderante en el sistema y,  las turbulencias y variaciones de modelos a las que este está sometido el sistema político, los cambios regulatorios impuestos para dar mayor solvencia al sistema, las variaciones supranacionales también impuestas en la supervisión bancaria ,el derivado ajuste de sus cuentas de resultados, la desaparición de la cautividad de sus clientes, la necesaria inclusión de mayores dosis de ética en sus comportamientos y entre otros, la salida al mercado de nuevos canales y variantes de financiación,  hacen que si no te adaptas rápido la corriente puede hacer que desaparezcas o que te absorba este mercado.

Por todo ello, se contempla un panorama bancario en la actualidad que en pocos años será completamente diferente: por entidades que no han podido adaptarse a los nuevos tiempos y han sido absorbidas por otras que sí lo han hecho o porque el sistema ya se ha dotado de nuevos canales y formas que cubren las necesidades financieras con rapidez y a buen precio que eran solicitadas por el mercado. Por ello simplemente elimina a las no adaptados.

Estos retos no son verdaderamente nuevos pero sí que van tomando cada vez mayor visibilidad para los agentes participantes. En primer lugar, la vertiente tecnológica es un fuerte hándicap para las entidades que hasta la fecha no acaban de entrar o enterarse bien de este desarrollo al no haber destinado lo suficiente para adaptar y dar un giro a sus sistemas o bien porque no consideran que en unos años la mayor parte del negocio vendrá por ese canal. Craso error. Esto no consiste únicamente en mejorar sistemas sino en cambiar el sistema ( tengan en cuenta el movimiento del BBVA reciente). Es de perogrullo que la banca del futuro no se realizará en las oficinas y éstas quedarán reservadas a una parte muy residual del negocio. En segundo lugar, y por otra parte, los costes financieros y sus márgenes de intermediación se ajustaran a límites nunca vistos (también los costes generales se reducirán considerablemente) y a esto se añadirá una facilidad de migración mucho mayor a otras entidades o agentes mucho más rápida y hacia los productos más rentables en cada determinado momento,con un abanico de ofertas más amplia y una capacidad de decisión e información mayor. En tercer lugar, la cautividad de clientes en entidades desaparecerá o será muy volátil ,cosa del pasado, al igual que el coste para los clientes usuarios será mucho menor y se ajustarán  - muy a su pesar-  los costes, por mucha publicidad engañosa que se practique. Por ello la necesidad actual y momentánea de aplicar comisiones que mejoren sus cuentas de resultados y por otra,  la presión de la competencia por captar cuotas de mercado de otros tirara a la baja esos márgenes ineludiblemente.

Por otra parte y en cuarto lugar, también hay que tener en cuenta que a corto plazo los instrumentos de pago en poder de todos los usuarios se generalizarán y eliminarán el dinero en efectivo para la mayor parte de las pagos cotidianos diarios con lo cual, el coste administrativo y de gestión que conlleva esta medida repercutirá por una parte en el sistema y por otra en las propias entidades que gestionaran mayores volúmenes de movimientos con menores costes, haciendo la vida un poco mas fácil, también contribuirá a  tener un mayor control del sistema por la mayor exactitud de comprobación y control de los flujos dinerarios, esta modelo sí que será un paso definitivo que puede completar una revolución del medio y esto acontecerá en muy pocos años.

En quinto lugar, un elemento que irrumpe con fuerza es la proliferación de una banca paralela que cada vez tiene precios más competitivos se acerca más a las empresas con productos más solventes y fáciles de contratar así como con precios adecuados. Estos intermediarios financieros están llamados a jugar un papel importante en sistemas como el español, con empresas y negocios en los que predomina la pyme y a la cual la banca no siempre le ofrece la cobertura de sus necesidades y si lo hace, lo realiza a costes conjuntos que pueden ser superiores a los solicitados por estos nuevos canales .

Rafael Montava Molina
Asesor Económico Financiero
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www.rafaelmontava.com